ÁVILA. El cuerpo del expresidente ha recibido sepultura en el claustro de la catedral de El Salvador, a escasos diez metros de donde está sepultado quien fuera presidente del Gobierno en el exilio durante la II República, Claudio Sánchez Albornoz.
Una vez finalizado el funeral que ha sido oficiado por el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, el féretro de Suárez ha sido trasladado al claustro, donde sólo han acudido los familiares del expresidente para el entierro.
Con esta ceremonia, concluyen tres días en los que la familia de Suárez ha velado sus restos en la clínica donde falleció y la capilla ardiente instalada en el Congreso de los Diputados, a la espera del funeral de Estado que tendrá lugar el 31 de marzo.
Los familiares del expresidente Adolfo Suárez han permanecido en el interior de la catedral y han saludado a los asistentes al acto religioso. Fuentes próximas a la familia han precisado a Efe que los familiares no abandonarán el centro hasta haber saludado a todos y cada uno de las personas que han acudido al oficio religioso.
"LA CONCORDIA FUE POSIBLE"
La lápida de la tumba en la que desde hoy reposan los restos mortales del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez junto a los de su esposa, Amparo Illana, tiene inscritos los nombres de ambos y una frase alusiva al periodo de la historia de España que vivió al frente del Ejecutivo: "La concordia fue posible".
La lápida ha sido colocada sobre su tumba en presencia de los familiares de Adolfo Suárez y de las autoridades que han accedido al claustro de la catedral de Ávila, en el que ha recibido sepultura, entre ellas el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, el expresidente José María Aznar y el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
"Excmos. señores duques de Suárez", lleva inscrito la lápida, en la que, a continuación, pueden leerse los nombres de Adolfo Suárez y Amparo Illana con las fechas respectivas de su nacimiento y de su muerte. Tras ellas se ha inscrito la frase "La concordia fue posible".
EL ÚLTIMO ADIÓS
La ciudad de Ávila ha ofrecido hoy una última muestra de respeto y afecto al primer presidente de la democracia en España, Adolfo Suárez, hijo adoptivo de la ciudad, que descansa desde hoy junto a su esposa Amparo Illana en el claustro de la catedral abulense.
"¡Viva Suárez!", han exclamado al unísono centenares de personas que han esperado ateridas durante horas la llegada del féretro con los restos mortales del expresidente del Gobierno, que finalmente ha tenido lugar a las dos menos cuarto de la tarde.
Una ovación ha acompañado al coche fúnebre en los últimos metros antes de su llegada a la plaza de la catedral, donde ha sido recibido por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto.
En la plaza, desde las ocho de la mañana, han comenzado a reunirse abulenses que querían despedir al "mejor presidente que ha tenido España" y que han soportado el frío y el viento que ha azotado durante toda la mañana la ciudad.
Poco a poco, los vecinos se han esparcido por las calles adyacentes a la plaza, en las que se han colgado numerosas banderas de España con crespones negros, desde las que han recibido con tímidos aplausos a varios de los asistentes, entre ellos a Mariano Rajoy, al padre Ángel o a Antonio Cañizares, exobispo de Ávila y amigo y confesor de Suárez.
El alcalde de la ciudad, Miguel Ángel García Nieto, ha expresado a las puertas del tempo el sentir de la ciudad: "Estamos tristes, pero también orgullosos de que Suárez se vaya a quedar aquí para siempre".
El alcalde ha recordado que el expresidente es hijo adoptivo de la ciudad, de la que recibió la Medalla de Oro y a la que estaba "fuertemente unido".
Tanto que, aún siendo presidente del Gobierno, viajaba a la ciudad algún sábado "para rezar a La Santa", en el convento de Santa Teresa, han relatado a Efe algunas de las vecinas que han madrugado para situarse lo más cerca posible de la catedral.
Más adelante, tras el fallecimiento de su mujer, las visitas del expresidente fueron frecuentes a la capilla de Mosén Rubí, donde han descansado hasta ahora los restos de Amparo.
Junto a las vecinas estaba Calixto Seijas, de 76 años, quien fue alcalde de Cabezuela del Valle (Cáceres) y que ha venido desde allí con el cartel electoral con el que concurrió por UCD a las elecciones de 1979 y las fotografías que atesora en las que aparece con Suárez.
Algunos de esos vecinos han podido acceder a la catedral de El Salvador para presenciar desde el trascoro el funeral por el expresidente.
El resto ha asistido a la llegada del cortejo fúnebre, escoltado por la Policía Local, y ha escuchado doblar las campanas de la catedral antes de que la banda municipal de Ávila interpretase el himno nacional en el momento en el que el féretro era recibido en la seo.
Agentes de la Policía Local han portado a hombros el féretro hasta el interior del templo, mientras otros dos policías, vestidos de gala, cerraban la comitiva portando el Collar del Toisón de Oro y el de la Real Orden de Carlos III.
El cortejo ha entrado en la catedral entre los aplausos de los asistentes, que se han despedido de su hijo adoptivo con un unánime "¡Viva Suárez!".
Decenas de personas han esperado, por momentos bajo la lluvia, la salida de la familia Suárez, ovacionada tras el sepelio dentro y fuera de la catedral.
A la salida del templo, Adolfo Suárez Illana ha expresado su agradecimiento a los asistentes.