omo agua de mayo, así esperaba gran parte de la población el día en el que, por fin, después de un mes y medio de confinamiento, se pudiera salir a la calle a pasear o a hacer deporte. Si hace una semana fueron los txikis quienes sacaron sus juguetes a la calle, ayer fue el turno de los runners, ciclistas y paseantes, que no quisieron desaprovechar la oportunidad para moverse, tomar el aire y olvidarse por unas horas de su casa.

La franja horaria establecida para estas actividades en los municipios de más de 5.000 habitantes (de 6.00 a 10.00 de la mañana y de 20.00 a 23.00 de la noche) no fue impedimento para que calles y, sobre todo, zonas de paseo se llenaran desde bien temprano de vecinos y vecinas mayores de 14 años, aunque algunos confesaran que les parecía demasiado pronto.

A primera hora acompañaron las nubes y el fresquito, una temperatura perfecta para sudar la camiseta sin agobiarse por el calor. Eso sí, los coloretes por el esfuerzo realizado se dejaron ver igualmente en la cara de unas cuantas personas. Por la tarde el tiempo también respetó, lo que provocó que las calles se llenaran a partir de las ocho, llegando a producirse aglomeraciones en algunos lugares.

En la jornada de ayer se pudo ver dando pasos o pedaladas tanto a personas que no están tan acostumbradas a hacer deporte como a deportistas habituales. En este último grupo se encontraba Beatriz Moreno, de San Jorge, quien salió a correr por el paseo del río Arga. "Tenía muchas ganas de salir para airearme y sobre todo porque necesitaba mover el cuerpo, que es muy importante", explicó.

Moreno, de 45 años, confesó que al principio llevaba bien estar en casa, pero que al final "se estaba haciendo bastante duro". Con este alivio de las restricciones, su idea es salir un día sí y otro no, y siempre por la mañana. Ayer, a las 9.30 horas ya estaba estirando después de una hora de recorrido, el cual hizo sola. Su hija también salió a despejarse, pero por su cuenta.

Otra de las personas que estaba encantada de poder volver a coger su bici era Maribel Astiz, de 62 años. "Estoy disfrutando y viendo la maravilla de ciudad que tenemos. Ahora nos hemos dado cuenta de lo importante que es la naturaleza, y en Pamplona tenemos una suerte enorme de tenerla", señaló justo después de hacerle una foto a la presa del río.

Esta vecina de San Juan incluso consultó hasta qué lugar podía ir con su bici para no alejarse más de un kilómetro de su domicilio, aunque esta es una medida que solo se aplica para los paseos, y no para el deporte, que se puede realizar hasta los límites del municipio en el que viva cada persona. Esta confusión se sumó a la de las veces que se puede salir al día a realizar estas actividades. Aunque solo está permitido una vez, a la mañana o a la noche, la intención de algunas personas era aprovechar las dos ocasiones, no por incumplir la normativa, sino por desconocimiento.

En cuanto a la protección, hubo quienes se pusieron guantes y mascarilla, mientras que otros no llevaron nada. "La mayoría nos hemos concienciado de lo que hay. Se trata de actuar con sentido común. Y, aunque no llevemos mascarilla, si guardamos la distancia, no nos va a pasar nada", apuntó Astiz, para añadir que los viandantes no se estaban estorbando al ir por el mismo sitio.

No opinó lo mismo Mateo Dianez, de 41 años, que paseaba con sus perros Txaski y Pet, como todos los días, y vio que había "demasiada gente. No me parece mal que salgan a hacer deporte, pero estoy viendo que no se están cumpliendo ciertas normas de seguridad como la distancia", expresó, aunque también reconoció que era probable que "mucha gente que no cumple con la distancia es porque vive junta y no tiene peligro".

Muchas personas iban solas, pero otras tantas caminaban en pareja, algo que está permitido si es la compañía de una persona conviviente. Por ello, en lugares donde los caminos se estrechaban, era complicado mantenerse a dos metros de quienes pasaban por al lado. A pesar de esto, y de algunos pocos casos en los que se produjeron conductas inadecuadas, la mayoría de los paseantes y deportistas intentaron cumplir las medidas.

Para evitar estas situaciones, Dianez comentó que "tendría que haber sido un poco más paulatino. Me parece que hemos salido a la calle demasiado de golpe y puede ser un problema y un peligro, sobre todo a la hora de volver a empezar de cero", valoró.

La sanitaria Gladis Cárcar, por su parte, señaló que ve "bien la desescalada, pero hay otras cosas que son incongruentes", como por ejemplo las franjas horarias y la limitación en la distancia que se puede recorrer.

"Al final salimos todos en dos horas y a los mismos sitios, sin guardar las distancias y en caminos estrechos. Vería más normal que te dejaran salir a hacer deporte a un sitio en el que vayas a estar solo aunque esté un poco más lejos", argumentó la joven de 33 años, que salió a pasear.

Respecto a los horarios asignados, Miguel Turrillas admitió que le parecen "bien. Incluso igual se podrían poner antes, a las cinco de la mañana", explicó mientras corría con su perro Sky. Pedro Lana también coincidió en que son buenas horas, ya que "hay que contentar más o menos a todos y hacerlo factible para que no se mezcle la gente".

Aunque no anda habitualmente en bicicleta, Lana vio la ocasión ideal para salir a la calle con su bici de los años 80. Estuvo dos horas por la zona de Berriozar, donde afirma que "había bastante gente" y se cumplieron las medidas de seguridad.

Si alguien tenía ganas de salir a la calle, sin duda eran los más jóvenes, que ya se estaban empezando a agobiar en casa. "Tenía muchas ganas porque como mucho iba a hacer la compra o a tirar la basura, y no es lo mismo que dar un paseo", confesó Irune Munuce, de 18 años, para quien "sería mejor poner unas horas en las que haya sol".

A pesar de que no le haga demasiada gracia salir tan pronto, seguirá yendo a pasear "todos los días, hasta que nos dejen salir del todo", y lo hará "a la mañana, porque a las ocho te pones a cenar y da más pereza salir".

Munuce admitió que el confinamiento se le está haciendo llevadero, aunque tiene algún día peor, y que la sensación del primer día en la calle era "rara, porque la gente va con mascarilla y te miran mucho".

Reda Koutib y Nadir Boumaza, primos de 15 años, no quisieron perderse ni un minuto del tiempo en el que podían hacer deporte, por lo que a las seis de la mañana ya estaban andando en bici. "A la mañana no había tanta gente como ahora. Hacía mucho tiempo que no salíamos y teníamos ganas. Entrenábamos a fútbol, pero lo pararon y hoy era una ocasión para salir", explicaron los jóvenes, que se pusieron a dar patadas al balón en el patinódromo de San Jorge hasta que a las diez tuvieron que dejar paso a la franja horaria de las personas mayores de 70 años.

"Tenía muchas ganas de salir para airearme y porque necesitaba mover el cuerpo"

45 años

"La mayoría nos hemos concienciado de lo que hay. Se trata de actuar con sentido común"

62 años

"Al final salimos todos en dos horas y a los mismos sitios, y sin guardar la distancia"

33 años

"Sería mejor en horas en las que haya sol. Saldré a la mañana porque a las ocho da más pereza"

18 años