Un recluso de 23 años ha fallecido en la cárcel alavesa de Zaballa por causas que se investigan y que podrá determinar la autopsia, según han confirmado a Efe fuentes de Instituciones Penitenciarias.

La asociación en defensa de los derechos de los presos Salhaketa ha denunciado en un comunicado este nuevo fallecimiento "que engrosa las macabras cifras de personas muertas en prisión, la mayoría jóvenes" que pierden la vida, según asegura en un comunicado, "por motivos no naturales".

Fuentes penitenciarias han precisado a Efe que su fallecimiento se descubrió el pasado viernes día 17 a las cinco de la tarde, en la apertura de celdas después de la siesta, y que fue su compañero de celda quien comunicó a un funcionario que estaba inconsciente.

En ese momento se trató de reanimarle y cuando llegaron los servicios asistenciales también intentaron una reanimación pero solo pudieron certificar su fallecimiento.

Al parecer no presentaba signos de violencia. La dirección de la cárcel de Zaballa comunicó la muerte a la familia y al juzgado de guardia, y el cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para que se le hiciera la autopsia, que determinará las causas de la muerte.

Las mismas fuentes penitenciarias han negado que la mayoría de los fallecimientos en las cárceles sean por causas no naturales como asegura Salhaketa. Han recordado en este sentido que en 2019 murieron en las prisiones españolas 182 personas, de las cuales 132 fallecieron en los propios centros penitenciarios y los 50 restantes en hospitales.

Las causas naturales fueron el principal motivo, con 77 casos, seguidas de las sobredosis de droga, con 53, según las mismas fuentes.