Todos los grupos del Parlamento han dado su respaldo este jueves a la Ley Foral Reguladora de Actividades con incidencia ambiental.

Se trata de una de las leyes más importantes de la actual legislatura, que sustituye a una norma que data del año 2005 y que había quedado muy desfasada.

La ley alumbra ahora después de un largo trabajo del Gobierno foral, que presentó el proyecto justo hace ahora un año, y de los grupos parlamentarios, que la han mejorado con sus diferentes aportaciones.

La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, subrayó que se trata de una "ley muy relevante" por diferentes motivos. Entre ellos, mencionó que "actualiza una ley obsoleta de 2005", "simplifica y agiliza procedimientos" y "establece mecanismos eficaces de inspección ambiental sobre las distintas instalaciones, proyectos y actividades a fin de controlar su adecuación a la legalidad y revisar las condiciones de sus autorizaciones".

Añadió que la norma "introduce cambios en la red de calidad del aire para que las empresas más contaminantes tengan la obligación de pagar una parte del gasto de inversión y mantenimiento de las estaciones de la red".

Asimismo, la ley "fomenta y ordena el intercambio, la difusión y la publicidad de la información ambiental" e "incrementa la transparencia de la actividad administrativa, así como la participación ciudadana con el objetivo de lograr una mayor implicación de la sociedad en la protección del medio ambiente".