Los afectados del brote detectado el jueves en la residencia de Andosilla habían recibido la segunda dosis de la vacuna, que les fue administrada el pasado 25 de enero. Según Derechos Sociales, el foco de los contagios estaría en dos profesionales de la residencia, a los que se les realizó el fin de semana del 23 y 24 de enero sendas pruebas en el cribado periódico que realiza Salud a profesionales sociosanitarios. Los positivos no fueron comunicados hasta el día 26, por lo que los usuarios pudieron contagiarse antes de recibir la pauta completa.

No ha trascendido si todos los casos estaban vacunados, pero sí lo estaba en un amplio porcentaje. La hipótesis de Salud Pública, como se menciona, es que se les administró la segunda dosis de la vacuna ya contagiados, y que esta situación ha hecho que no presenten cuadros graves. Éste no es un hecho imprevisto, ya que las autoridades sanitarias han explicado en varias ocasiones que la dosis protege de desarrollar la enfermedad, pero no de infectarse o contagiar.

En Andosilla, de los 35 residentes de San Sebastián uno está ingresado y evoluciona favorablemente, 2 se encuentran en un recurso intermedio, y los demás con solo algunos síntomas leves, 5 pendientes de resultado de PCR y 2 profesionales infectados. Hasta ahora no habían tenido ningún contagio.

El Instituto de Salud y Laboral de Navarra (ISPLN) ha explicado este viernes que, a partir del séptimo día de la segunda dosis, la vacuna protege frente a la enfermedad en un porcentaje cercano al 95%, mientras recuerda que ninguna vacuna alcanza el 100% de efectividad en la protección.

A su vez, recalca que los casos con PCR positivos detectados en la residencia de Mutilva no tienen signos ni síntomas de enfermedad, sino que han aparecido en un cribado que se ha realizado entre personas asintomáticas.

De todas formas, conviene subrayar que, hasta ahora, la vacuna no ha demostrado que evite que el virus esté presente en vías respiratorias, sino que previene casos de enfermedad y su desarrollo más severo, con el consiguiente impacto en la mortalidad. Por ello, se incide en la necesidad de seguir manteniendo en todo momento las medidas preventivas -mascarilla, distancia, lavado de mano- entre residentes y profesionales sociosanitarios, por encima de que hayan cumplido el ciclo de vacunación, así como entre toda la población general.