El Gobierno de Navarra ha aprobado esta mañana una declaración institucional en la que se compromete a "fomentar una memoria plural y crítica con el pasado, asentada en el reconocimiento del daño injusto provocado a las víctimas de ETA".

CONSULTA EL ESPECIAL 10 AÑOS SIN ETA

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ESPECIAL 10 AÑOS SIN ETA

La presidenta María Chivite y la consejera Ana Ollo han dado lectura a la declaración esta mañana, en castellano y en euskera, en un acto en la plaza de Baluarte junto al monumento a las víctimas del terrorismo. Tras la lectura se ha procedido a una ofrenda floral.

El acto se ha desarrollado sin la presencia de representantes de Navarra Suma que han vuelto a boicotear el acto, que consideran una forma de "blanqueamiento" de los pactos con EH Bildu. Tampoco han acudido representarse de Anvite, la asociación de víctimas vinculada a UPN.

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Ofrenda junto al monumento a las víctimas del terrorismo en la plaza del Baluarte

Si han estado todos los miembros del Ejecutivo foral, así como el delegado del Gobierno central, José Luis Arasti, y representantes del resto de grupos políticos. Por parte de EH Bildu ha participado el parlamentario de EA, Maiorga Ramírez.

En la declaración, de siete puntos, el Gobierno de Navarra también manifiesta que "la violencia terrorista practicada durante décadas por ETA, además de ser injusta e ilegítima, supuso una violación de los derechos humanos y constituyó una amenaza a la democracia y a la convivencia.".

Valora positivamente los pasos dados desde hace una década por la izquierda abertzale, incluido "el reconocimiento de que el dolor y el sufrimiento causado a las víctimas de ETA nunca debieron producirse". No obstante, el Gobierno de Navarra considera necesario "que aquellos que ejercieron la violencia, o que pudieron darle cobertura social y política hagan una reflexión ética integral".

Apoyo a las víctimas

Además, el Gobierno se compromete a "continuar con el apoyo y la atención a las víctimas de ETA, trabajando con ellas y con las asociaciones y entidades que las representan, en políticas públicas que hagan efectivas sus derechos a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición".

Igualmente, rechaza "cualquier acción que violente la dignidad y la memoria de las víctimas del terrorismo y sus familias", y apuesta por desarrollar "una estrategia integral para la convivencia, que frente a la violencia terrorista, consolide el compromiso con los valores democráticos, respeto mutuo y diálogo, y el respeto a los Derechos Humanos".

Finalmente, apuesta por promover que las nuevas generaciones "conozcan el impacto del terrorismo, fomentando la empatía con las víctimas", en el marco de la Red de Escuelas con Memoria, por la Paz y la Convivencia o con el programa Eskutik/De la mano, "que impulsa la presencia en las aulas de víctimas del terrorismo educadoras y de las unidades didácticas de la historia del terrorismo introducidas en el currículum educativo navarro".