Navarra Suma no acudirá a la reunión de esta tarde con el Gobierno foral. La consejera de Hacienda, Elma Saiz, había citado a los dos grupos de la oposición para tratar los presupuestos del próximo año. Sin embargo Javier Esparza ha confirmado que su grupo no acudirá. "Al no romper con Bildu no nos deja otra opción que no acudir a la reunión, a pesar de haberlo intentado y haberle dado una nueva oportunidad", ha justificado el portavoz de la coalición.

La cita tenía un carácter más protocolario que otra cosa. Navarra Suma ya se levantó la semana pasada de la reunión a los cinco minutos de comenzar tras comprobar que el Gobierno no aceptaba las "doce condiciones irrenunciables" que había fijado previamente Esparza. Una postura de máximos que incluía una enmienda a la totalidad a la política fiscal, la derogación del decreto del euskera o la financiación de los centros educativos que segregan por sexo.

Condiciones que el Gobierno no podía aceptar, y que suponían de facto un programa de Gobierno alternativo para justificar la imposibilidad de acuerdo. Entre otras cuestiones, porque el Ejecutivo hace tiempo que eligió a su socio presupuestario, aunque públicamente no lo haya querido verbalizar.

De hecho, el Gobierno de Navarra ha mantenido contactos diversos con EH Bildu en los últimos días para avanzar en un acuerdo en torno al anteproyecto que presentará la próxima semana, y cuyos términos generales tratarán en la reunión de esta tarde.

Juego táctico

Así que la disputa entre el Gobierno y Navarra Suma ha girado más en torno a la responsabilidad de la falta de acuerdo. Algo que el Ejecutivo ha tenido fácil con la postura máximalista de la oposición de derechas, y que ayer el propio Javier Esparza matizó mostrándose dispuesto a negociar con el Gobierno "si saca a EH Bildu de la ecuación".

Un gesto más de cara a la galería que de voluntad de acuerdo, y al que el no ha dado credibilidad. "Si quiere un diálogo venga y me lo cuenta, no lo haga a través de los medios después de su espantada del otro día", respondió la presidenta, María Chivite.

Esta respuesta ha servido de argumento para Navarra Suma, que ha confirmado que no irá a la cita con el Gobierno. "Lamentamos que Chivite haya reafirmado su alianza con Bildu, la izquierda radical vasca, y se aleje de la moderación", ha afirmado Esparza, que considera que la "respuesta del PSN ha sido clara y significa cerrar la puerta a Navarra Suma y a la mayoría social que no comparte las pretensiones de los herederos políticos de ETA".

"Elegir a Otegi es incompatible con Navarra Suma y la moderación, con lo que Chivite nos da la espalda después del acuerdo que le he ofrecido, incluso más allá de los presupuestos, si se apartaba de Bildu", ha añadido Esparza, que responsabiliza así al Partido Socialista de la falta de acuerdo presupuestario y sienta las bases para una larga precampaña electoral.