Nueva tormenta política en el Gobierno de María Chivite. Esta vez a cuenta de la Ley de Vivienda. El PSN amenaza con tumbar la reforma liderada por Geroa Bai si su socio de Gobierno no garantiza la aprobación de los peajes para camiones que tramita el Parlamento. Un planteamiento que Geroa Bai interpreta como un chantaje y que rechaza aceptar. Así que no hay acuerdo y ambas leyes están en el aire. Con el riesgo además de un efecto cascada que afecte a otros muchos proyectos legislativos en marcha.

La polémica ha estallado con el final del plazo para presentar enmiendas a la Ley de Vivienda, una reforma que entre otras cuestiones busca promover la vivienda social y limitar los precios del alquiler. El proyecto había sido presentado conjuntamente por los propios socios del Gobierno, PSN, Geroa Bai y Podemos, tras un largo trabajo de redacción junto con el departamento de Vivienda, que dirige el vicepresidente José Mari Aierdi, el principal cargo de Geroa Bai en el Ejecutivo foral.

El texto se ha venido negociado durante las últimas semanas en el Parlamento con EH Bildu e Izquierda-Ezkerra, y las conversaciones se habían concretado con un acuerdo general que garantizaba la aprobación de la ley dentro del marco autonómico y evitando los aspectos que podrían generar conflicto competencial con el Estado.

Los cinco grupos habían acordado introducir 32 enmiendas que, en principio, habían dejado satisfechas a todas las partes. El acuerdo sin embargo se rompió este lunes por la tarde. En una reunión a cinco, los socialistas exigieron retirar dos enmiendas de carácter fiscal.

Ninguna revolución tributaria, pero algo imprescindible para EH Bildu, Izquierda-Ezkerra y también Podemos, que consideran que ya habían cedido bastante en este ámbito. EH Bildu e I-E abandonaron la reunión muy molestos con la actitud del PSN, a quien reprochan que ponga en riesgo una ley clave y en la que llevan trabajando varias semanas.

Los socialistas eran conscientes, porque así se lo habían hecho saber sus socios, que sin esos dos puntos no habría ley, pero se mostraron inflexibles. Era la forma de bloquear una ley para presionar a Geroa Bai con uno de sus proyectos estratégicos de la legislatura. Así se lo advirtieron después en privado a sus socios: o apoya los peajes o no hay ley de vivienda.

El cambio de cromos legislativos

En el trasfondo de la disputa esta precisamente la ley para instalar un canon a los vehículos pesados en las principales vías de Navarra. Un polémico proyecto que ha levantado las críticas del sector. Los peajes para camiones que son sin embargo imprescindibles para el departamento de Cohesión Territorial, liderado por el socialista Bernardo Ciriza, que cuenta con los fondos para acometer diversas actuaciones en las carreteras. Entre ellas el desdoble de los túneles de Belate y Almandoz.

Pero esta medida ha generado "dudas" en Geroa Bai, que cuestiona "el momento y las formas" en las que el Gobierno ha planteado la medida. La formación dio su apoyo a la tramitación de la ley la pasada semana, pero avanzó que plantearía algunas enmiendas a la propuesta del Gobierno para mitigar el impacto de los peajes en los transportistas.

No ha concretado por ahora Geroa Bai cuáles son esas discrepancias, y en qué enmiendas se van a sustanciar. Pero el mero planteamiento ha enfadado mucho al PSN, que asegura que los peajes forman parte de un acuerdo previo en la mesa de carreteras. Los socialistas temen además que las enmiendas puedan salir adelante con el voto de Navarra Suma, lo que puede condicionar el contenido final de la ley. O algo peor, poner en riesgo su viabilidad jurídica si, como parece, los transportistas acaban recurriendo a los tribunales.

Así que el PSN ha optado por lanzar un ultimátum a Geroa Bai: O se compromete a no presentar enmiendas a la ley de peajes, o no habrá ley de vivienda. Lo que ha generado mucho malestar en Geroa Bai, que califica de "chantaje" la amenaza socialista y que mantiene el pulso. Pero también en el resto de socios parlamentarios, que confirman la versión de Geroa Bai y critican la actitud socialista.

Una posible salida

De momento, y para dejar la puerta abierta a un acuerdo, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra han presentado como propias las 32 enmiendas pactadas por los cinco grupos que sostienen al Gobierno de Chivite. También lo ha hecho Geroa Bai, que sigue dando por bueno el acuerdo de sus socios y confía en que al final los socialistas acaben facilitando la aprobación de la ley en los términos pactados.

Algo que sin embargo no parece fácil, vistas las posiciones actuales. Y que supone un paso más en una deriva de desconfianza que se viene acumulando desde el inicio de la legislatura. Hasta ahora de una forma u otra el Gobierno de Chivite ha conseguido superar de mejor o peor manera sus diferencias internas. Y es posible que lo vuelve a hacer esta vez también. Pero esta dinámica de negociación no parece muy viable para el futuro. Queda todavía un año de legislatura, y se puede hacer muy largo en el Palacio de Navarra.