La congresista demócrata Attica Scott, la única mujer negra en el legislativo estatal de Kentucky (EE.UU.), está entre las cerca de 250 personas detenidas en la noche del jueves en las protestas raciales registradas en la ciudad de Louisville.

La Policía de la urbe detuvo a Scott junto con un grupo de otros 23 manifestantes cerca de la Primera Iglesia Unitaria y la Biblioteca Pública Gratuita de Louisville.

Scott, que es legisladora desde 2017, y su hija, Ashanti, que la acompañaba, fueron acusadas de provocar disturbios, de reunión ilegal y de no cumplir las órdenes de la Policía de dispersarse.

Attica Scott es la autora de una iniciativa legal conocida como "Ley Breonna" que, de ser aprobada, obligaría a la Policía a llamar a la puerta e identificarse antes de irrumpir en un domicilio, y a que un juez apruebe la entrada violenta de los agentes. Además, los policías deberían tener siempre activadas sus cámaras corporales cuando cumplan este tipo de órdenes judiciales.

Las protestas en las que fue detenida Scott se deben a la decisión de un jurado investigador de no procesar por homicidio a ninguno de los tres agentes implicados en la muerte de la joven afroamericana Breonna Taylor, registrada en marzo pasado en una operación antidrogas en su domicilio en Louisville.

Breonna Taylor, una empleada de emergencias médicas de 26 años, murió en marzo debido a los disparos de los agentes cuando, de noche y vestidos de paisano, irrumpieron en su casa estando ella en la cama.

Aunque los agentes dijeron haber llamado y haberse identificado como policías, el novio de Taylor, Kenneth Walker, que estaba con ella, asegura que nada más oír un golpe en la puerta, entraron por la fuerza.

El novio de la víctima les disparó con su pistola, para la que tenía permiso legal, pensando que se trataba de intrusos, y los policías respondieron con una lluvia de balas, cuatro de las cuales hirieron a la mujer, que finalmente murió. En la casa de la joven no se encontraron rastros de droga.

Desde entonces, su caso se ha convertido en un símbolo de la brutalidad policial que sufren los afroamericanos y que desde finales de mayo, con la muerte del George Floyd en Mineápolis, ha motivado protestas y disturbios en todo el país.

"Nuestro llamamiento a la acción es continuar asegurándonos de que la ciudad de Louisville entienda que no nos iremos, que continuaremos exigiendo que se le retire la financiación a la Policía y se desmantele este departamento, porque es corrupto de adentro a afuera y de abajo a arriba", había declarado esta semana Scott a los medios locales.