pamplona - La elección Manuel Marchena, claramente identificado con los conservadores y muy influyente dentro del PP, como presidente del Poder Judicial sería vista como un mensaje negativo por los independentistas catalanes, que lo consideran el ideólogo del juicio del procés y de las medidas más duras contra los líderes del movimiento que derivó en la declaración de independencia de 2017. Su actuación ha provocado que estén en prisión preventiva desde hace un año dirigentes como Oriol Junqueras. El líder de ERC y otros 17 dirigentes independentistas se enfrentan a una petición de la fiscalía de hasta 25 años de cárcel.

Su nombramiento tendría un efecto colateral importante en el juicio. Si fuera elegido para presidir el Poder Judicial, Marchena sería nombrado automáticamente presidente del Tribunal Supremo, en sustitución de Carlos Lesmes, cuyo mandato decae el 4 de diciembre, pero dejaría de presidir la Sala de lo Penal y, por tanto, de dirigir el juicio del procés.

Este juez tiene además una larga trayectoria de episodios polémicos. Por ejemplo, durante su etapa como miembro de la Sala de lo Penal del Supremo, Baltasar Garzón fue condenado por prevaricación y expulsado de la carrera. Además, en este tiempo fueron imputados los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Además se vio envuelto en otra controversia por la reasignación sin precedentes de su hija Sofía a una plaza de fiscal creada sólo para ella, que hizo las oposiciones a la carrera judicial, lo que despertó en las asociaciones de jueces y fiscales sospechas de un posible trato de favor. - D.N.