pamplona - Las próximas elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo y serán las primeras en las que no participen los ciudadanos británicos. De los 73 escaños correspondientes al Reino Unido, 46 se reservarán para futuros Estados miembros, mientras que los 27 restantes se dividan entre 14 Estados de la Unión. El Estado español es, junto a Francia, el más beneficiado por el nuevo reparto de escaños, ya que obtendrá 5 adicionales (pasará de 54 a 59 parlamentarios y parlamentarias).

¿Qué tienen de particular estas elecciones?

-Son unas elecciones que tienen más carga política que las anteriores, son un poco ya para elegir el modelo de la Unión Europea para los próximos años, porque está claro que hay partidos políticos importantes, con sus responsabilidades en sus propios gobiernos nacionales, que tienen ideas diferentes o ideas contrapuestas sobre el futuro de la Unión y, en función de cuáles sean los resultados, la UE podrá funcionar mejor, igual o con más dificultades en la próxima legislatura.

¿Teme un auge de partidos euroescépticos o eurófobos?

-No tememos necesariamente un auge, porque las encuestas no dan ese auge, las encuestas reducen ese aumento a unos pocos países, pero es cierto que algunos son importantes como Italia y en parte también un poco Alemania. Pero el tema no es solo cuántos va a haber, la cuestión está en saber cómo se organizan y si van a tener peso específico en el trabajo de la cámara o no. Esto, además, combinado con una cierta fragmentación del Parlamento Europeo, un parlamento que hasta hace cinco años estaba dirigido sin ningún problema estaba dirigido por los dos grandes partidos, populares y socialistas. Ya desde 2014 ha habido que añadir a otros partidos en las negociaciones, y ahora vamos a unas elecciones en las que las encuestas nos dicen que por primera vez populares y socialistas juntos caen por debajo del 50%.

La presencia de estos partidos en el Parlamento es un fracaso del proyecto europeo?

-Yo no creo que sea un fracaso, es el reflejo de una situación europea e internacional mucho más compleja que antes y tiene que ver con lo que pasa en los países. A veces no se trata de que, de repente, una parte de la sociedad se haya vuelto antieuropea, sino que una parte de la sociedad que ha empezado a votar a partidos, llamémosle populistas, va a seguir votándoles en las elecciones europeas, a sabiendas de que estos partidos ya no proponen salir de la Unión Europea, porque el brexit ha hecho ver a la gente que salir de la UE no tiene el más mínimo sentido, pero sí buscan proponer a nivel europeo las mismas recetas facilonas que presentan a nivel nacional.

Estas van a ser las primeras elecciones sin los británicos por la salida del Reino Unido de la UE.

-En principio van a ser las primeras elecciones sin británicos, yo no veo que la Unión Europea vaya a dar prórrogas a los británicos más allá del inicio de la nueva legislatura, que es el 2 de julio, no sé si los británicos van a pedir una prórroga de unas pocas semanas, pero en todo caso el ambiente en Bruselas no es el de si nos piden quedarse una temporada más se la damos con los ojos cerrados. Si alguien, en algún momento, llega pidiendo prórrogas, la Unión Europea inmediatamente preguntará ¿para hacer qué? En funciones de eso, si hay unanimidad, se dará, y si no la hay, no se dará. Pero, en todo, caso hay una línea roja, que es el inicio de la nueva legislatura.

Entonces, ¿puede que la salida del Reino Unido no se produzca el 29 de marzo?

-A mí no me gustaría hacer cábalas; de momento, la posición de la primera ministra es respetar la fecha del 29 de marzo y conseguir que su parlamento vote a favor del acuerdo con la UE. Desde hace mucho tiempo, la pelota está en el alero británico.

¿Qué supondría para los británicos una salida sin acuerdo?

-Va a suponer la pérdida abrupta de muchos derechos y muchas ventajas y una situación de incerteza enorme en prácticamente todos los capítulos de la vida política y de las políticas en las que Gran Bretaña ha estado unida durante más de 40 años a la UE. Yo creo que todavía hay una parte muy importante de la sociedad y de la clase política británica que no son conscientes de lo que significa irse de la Unión Europea sin un acuerdo. Me temo que cuando lo descubran va a ser un poco tarde.

¿Cuáles serían los efectos más inmediatos?

-Si no se toman una serie de medidas urgentes unos días antes, nos podemos encontrar con camiones que no pueden circular, que no van a poder atravesar las fronteras, aviones que no van a poder volar porque no tienen los permisos, alimentos que no van a llegar, medicamentos que no se van a certificar. Te tienes que ir de la misma manera que llegas, poco a poco. Lo lógico sería irse dando tiempo a ir sustituyendo legislación europea por legislación nacional, y sobre todo dando tiempo, de aquí a 2020, a aprobar un acuerdo de relaciones bilaterales entre Reino Unido y la Unión Europea. Pero ese acuerdo ni siquiera ha empezado a discutirse y, si no hay periodo transitorio, para cuando empiece a discutirse, el Reino Unido ya estará fuera de la UE.

¿Cómo reaccionaría la UE a un segundo referéndum?

-Para convocar un referéndum tendrían que pedir una prórroga sustancial, porque el referéndum no se puede organizar en 15 días. No quiero hacer cábalas de nuevo, pero no veo tan fácil o tan automático que la Unión Europea dijera que sí. Lo primero que preguntaría sería: hacer un referéndum, ¿para preguntar qué? Porque no puedes repetir el mismo referéndum de la otra vez, tienes que definir qué significa el sí y que significa el no. Además, en este momento no hay un partido político importante en Reino Unido que haya asumido en su programa plantear un segundo referéndum, es verdad que mucha gente lo pide, pero ninguno de los dos partidos está realmente en ello.

¿Cuáles son los principales retos de la UE en esta nueva legislatura?

-Tiene muchísimos retos, de entrada, antes de que se acabe esta legislatura, el Parlamento Europeo tiene que votar el acuerdo con el Reino Unido. Después de las elecciones, la tarea más inmediata será negociar, con los jefes de Estado y de gobierno, los presupuestos para los próximos siete años, y esa es una negociación fundamental y muy difícil. Si, como parece, los Estados miembro van a intentar no aumentar nada o muy poco la dotación del presupuesto de la Unión Europea, la pregunta va a ser: ¿y cómo hacemos para financiar las nuevas políticas que reclaman los ciudadanos? Está la política de seguridad, un inicio de política de defensa, política de investigación, desarrollo, aumentar la dotación del programa erasmus... Luego hay un montón de legislación en materia de cambio climático, en materia energética, en materia de unión bancaria, de políticas sociales, de acceso a la energía, cosas que ya se han empezado en esta legislatura y que se tienen que completar.