pamplona - Un solo problema de envergadura ve UPN en la desaparición de Caja Navarra (Can), después de que la entidad sufriera una pérdida patrimonial de mil millones de euros entre los años 2009 y 2012. “Como mucho puede hablarse de que el centro de decisiones ya no está en Navarra”, admite la formación regionalista en el amplio informe de conclusiones registrado ayer en el Parlamento. Añade, no obstante, que esto “es algo que ya se había perdido cuando se constituyó Banca Cívica” en 2009, al tiempo que recuerda que la Fundación de Caja Navarra “tiene derecho a un puesto en el consejo de administración de CaixaBank”, aunque es rotatorio.

UPN, que rebaja a la categoría de “pérdida del valor puramente sentimental” el final de Can, destaca que la nueva entidad de referencia en Navarra “en estos momentos es la primera de España” y “está muy por delante” de todos los bancos de cajas que surgieron tras la reestructuración financiera que produjo la crisis.

“como el resto de cajas” En definitiva, la tesis que baraja UPN sobre el triste periplo de Can se sustenta en que la “inesperada” crisis y su agravamiento, “que nadie previó” han sido los principales causantes de la situación actual. Sobre este punto de partida, entiende que no hay que buscar responsables del desastre, ya que no se ha podido demostrar “una mala praxis” y que Caja Navarra “desapareció como el resto de las cajas, en virtud de las diferentes leyes que se fueron aprobando”. Sostiene además que su devaluación patrimonial “es una de las menores del sector”, su nivel de solvencia “fue siempre superior a la media del sector” y que el Banco de España “no apreció nada anormal” en la política de prejubilaciones, ni en la evolución de su cartera de participadas que “produjo beneficios importantes”.

La constitución de Banca Cívica, que a la postre dio la puntilla a Can, fue, según el relato de UPN, algo poco menos que obligado por las autoridades financieras del Estado. “Por desgracia, tras la salida a Bolsa se produjo un agravamiento de la crisis, que nadie previó, y que trajo consigo medidas regulatorias adicionales que aconsejaron su fusión con una entidad mayor, en este caso CaixaBank”.

críticas a riezU; defensa a goñi UPN también defiende el cometido realizado por Enrique Goñi al frente de Can, cuyo nombramiento en 2002 solo fue apoyado por la formación regionalista, y critica la labor de su antecesor, Lorenzo Riezu. Al respecto, rescata una opinión del Banco de España sobre la gestión de Can entre 2000 y 2001, en el que manifiesta “una opinión muy negativa” de la labor de los equipos directivos. En cambio, el órgano regulador valora que el equipo directivo de Can a partir de 2002 es “mejor que el anterior” y que la caja “se encontraba por encima de la media”, hasta el punto que Caja Navarra fue una de las 15 cajas de las 45 que existían en 2009 que “sobrevivió a la crisis sin capital público”.

Tampoco observa UPN problemas a la expansión de oficinas que se hizo entre 2006 y 2008, que luego hubo que cerrar en su mayoría, y asegura que si Can hubiera seguido en solitario, “habría soportado peor las consecuencias” de la crisis y su patrimonio neto “podría haber llegado a ser negativo”.

Los regionalistas niegan que los sucesivos gobiernos de UPN no hicieran uso del deber de controlar Can, “puesto que optaron por dejar que fuera el Banco de España quien se ocupara de la inspección” y que por lo tanto “no cabe exigir responsabilidades políticas” por esta dejación.

El PP, que ha estado prácticamente de espectador en esta comisión cuando ha asistido, decidió no presentar conclusiones.