Pamplona - Pablo Casado dio ayer una vuelta de tuerca a su ofensiva recentralizadora y contra el autogobierno proponiendo una moratoria para congelar las transferencias a las comunidades “desleales”. El líder del PP diferencia así territorios afines y contrarios que asumirán las competencias reconocidas en su autogobierno en base a un criterio político y no a lo estrictamente recogido en la ley. La propuesta afecta directamente a Navarra, que pese al compromiso de Pedro Sánchez sigue teniendo pendiente la devolución de la competencia exclusiva de tráfico.

El anuncio llega después de que la semana pasada el Senado aprobara una moción del PP en la que se rechazaba el traspaso de competencias a la CAV alegando que supone incumplir el mandato constitucional “de cooperación, coordinación, igualdad y solidaridad territorial”. Una propuesta que contó con el apoyo de UPN, que justificó su decisión en que la iniciativa popular iba “contra quienes se quieren aprovechar de España”. Sin embargo, el anuncio de ayer evidencia la visión restrictiva que del autogobierno tiene el PP de Casado, que apunta ya a las “comunidades desleales”. Un término que evoca además a las provincias traidoras de la dictadura franquista, que retiró el sistema de Concierto Económico a Bizkaia y Gipuzkoa en 1937 por su apoyo al gobierno republicano.

La medida que anunció ayer Casado se detalla en el decálogo que presentó en Toledo. El documento propone en su punto sexto una “moratoria de transferencias de competencias, de modo que se evalúe cómo se desempeñan las competencias transferidas a las comunidades autónomas”, y se decida “paralizar la cesión de nuevas transferencias si están siendo desleales”. En su discurso, puso el ejemplo del supuesto adoctrinamiento en las escuelas. Por lo que, viendo los términos en los que el PP se expresa también en el Parlamento foral, los populares podrían aplicar también a Navarra.

Lejos de moderar su discurso, el presidente del PP ha optado por incidir en la polémica abierta con su moción en el Senado con las nuevas competencias pendientes a la CAV, y ante la que el lehendakari Urkullu prepara una respuesta institucional para esta semana. Un contexto en el que Casado volvió a agitar el discurso más duro en su pugna por reagrupar el voto de la derecha, y perfiló un decálogo que incluye una apuesta por reforzar las delegaciones del Gobierno español en las autonomías. Casado también apostó por “reforzar la presencia del Estado” en las comunidades.

En la convención del PP sobre cohesión territorial celebrada en Toledo, Casado añadió la promesa de que “nunca más” habrá mesas bilaterales con ninguna comunidad en materia de financiación, en un recado claro a Catalunya. Además, insinuó un control financiero sobre los territorios al defender que el Estado debe asegurarse de que las autonomías hacen un buen uso del dinero de todos, nuevamente en una referencia velada a los catalanes. En el caso de que esta intención se aplicara sobre la CAV y Navarra, supondría cruzar otra línea porque cuentan con un sistema de recaudación propio en virtud del Concierto y del Convenio Económico.

Casado pronunció de viva voz su apuesta por una moratoria de transferencias para las “comunidades autónomas desleales que las utilizan contra los propios españoles”. A su anuncio le siguió una ovación. Después dejó caer que piensa sobre todo en Catalunya y su modelo educativo. Añadió que, según el título 8 de la Constitución, todas las competencias son estatales y es transferible su administración. Citó que la educación es una competencia estatal, pero que la administración está transferida a las autonomías. “Lo que decimos es que las transferencias que queden pendientes habrá que evaluar cómo se desempeñan. Si una comunidad está adoctrinando a los niños en la educación, quiere que los profesores sean de determinada adscripción o hablen determinada lengua o está modificando la historia, la inspección educativa tiene que actuar. Para eso está España”, clamó.

lengua Casado se refirió así mismo a la lengua española, justo después de que el líder de Cs, Albert Rivera, haya agitado también este asunto en la precampaña con el compromiso de que se convierta en lengua vehicular en Catalunya. Ese debate, de hecho, fue la razón de ser del nacimiento de Cs. Casado se subió al carro. “La lengua española va a ser, cuando gobierne el PP, la lengua vehicular”, defiende el partido. También se refuerza el castellano en la relación con los funcionarios: “Cuando gobierne el PP, las administraciones estarán obligadas a comunicarse con el ciudadano en español”. - Míriam Vázquez/D.N.