Pamplona - La compra y posterior venta de las acciones de Iberdrola fue una operación “política” que el Gobierno de UPN llevó a cabo sin informes técnicos con un coste para las arcas públicas de 19,6 millones. Lo admitió ayer en el Parlamento Carlos Valdivielso, director gerente de Sodena con el Gobierno de UPN entre 2011 y 2015, que aunque intentó maquillar la actuación de la entonces consejera, Lourdes Goicoechea, señaló que la venta fue una decisión ajena que la empresa pública se limitó a ejecutar sin analizarla técnicamente.

“De la misma forma que entendí la compra de las acciones como una decisión política, la venta también fue una decisión política”, admitió ayer Valdivielso durante su comparecencia en el Parlamento, en la comisión que analiza las operaciones fallidas de la empresa pública en los últimos años. Lo hizo interpelado Juan Luis Sánchez de Muniáin (UPN), Rafa Eraso (Geroa Bai), Maiorga Ramirez (EH Bildu) y José Miguel Nuin (I-E). Ni Orain Bai ni PP participaron en la comisión, y el PSN renunció a hacer preguntas.

Era la segunda vez que acudía a la Cámara en apenas un mes, tras las explicaciones que el 15 de febrero ofreció sobre la inversión en Davalor. Y aunque Valdivielso quiso desvincular las operaciones de su etapa con las del Gobierno del cambio, su relato sirvió para poner en evidencia la forma con la que el Ejecutivo de UPN gestionaba la empresa de capital riesgo, así como para cuestionar algunos de los argumentos con los que ahora en la oposición intenta cuestionar la inversión fallida en Davalor Salud.

El antiguo responsable de Sodena evitó mojarse en exceso. Recordó que llegó a la empresa con las acciones de Iberdrola ya adquiridas, por lo que no quiso entrar en un proceso cuestionado por Comptos, que calificó aquella operación de “atípica y no habitual”. Y se mostró compresivo con una decisión que vinculó a criterios “políticos” del Gobierno de UPN, los mismos que justificaron su venta nueve años después pese a que la desinversión implicaba una pérdida de fondos públicos. “Fue Lourdes Goicoechea -entonces presidenta del consejo de administración- quien propuso la venta. Entendí que era una decisión consensuada de la Corporación Pública Empresarial”, apuntó el exgerente de Sodena, que se limitó a ejecutar la decisión de sus superiores, pese a que entendía que no era una decisión “urgente”, ya que la situación financiera de la empresa era la mejor desde que había accedido al cargo. “La venta no era una necesidad de Sodena”, admitió Valdivielso, que no obstante defendió una operación que consideró “más estratégica que especulativa. Entendí la venta como una decisión consensuada en la Corporación Pública Empresarial (CPEN), y por lo tanto, que no era un interés personal de Goicoechea, sino un interés de la matriz por terminar con un activo como eran las acciones”, explicó. El dinero obtenido por la venta se destinó después a amortizar la deuda acumulada los años anteriores por las empresas públicas.

La venta se llevó a cabo además sin que la empresa pública elaborara informes que justificaran la decisión. De hecho, se aprobó pese a que no se incluía en el orden del día del consejo de administración. Un aspecto menor, según Valdivielso, que destacó que la empresa contaba ya con informes previos y que no es extraño que se incorporen asuntos ajenos al orden del día. Ambas cuestiones, sin embargo, han sido suficientes para que UPN solicite la dimisión de Manu Ayerdi por Davalor.

Quizá por ello, o en un intento de reforzar la versión de UPN en la comisión, el exgerente de Sodena aprovechó su última intervención para subrayar, sin que nadie le preguntara, que las operaciones cuestionadas de su etapa “no tienen nada que ver con Davalor”, porque en las de aquellos años “el procedimiento fue siempre el ajustado a los mecanismos de Sodena”. Preguntado por si la compra de las acciones de Iberdrola se ajustaba también a ese mecanismo, prefirió no contestar.

La empresa. Aprovechando los 352 millones obtenidos de la venta de la empresa pública de energía EHN, el Gobierno de UPN, con Francisco Iribarren al frente, decide en 2005 comprar el 1% de Iberdrola. Busca influencia política y rentabilidad.

La compra. El director general de Sodena ejecuta la compra saltándose los procedimientos habituales, sin la aprobación previa del Gobierno ni del consejo de administración. La operación fue ratificada por ambos órganos un mes después.

La venta. El Gobierno desoye las peticiones de venta del Parlamento mientras las acciones van perdiendo valor. En 2014, Lourdes Goicoechea ordena la venta a Sodena sin informes ni debate previo. La decisión, “política”, ni siquiera va en el orden del día del consejo de administración.

El resultado. Sodena pagó por las acciones 173,5 millones, y las vendió en 2014 por 154,3. Entre medias, cobró dividendos y contrató un seguro multimillonario con Caja Navarra. El resultado, pérdidas de 19,6 millones.