navarra camina hacia una sociedad envejecida y por ello las personas dependientes han sido población diana de los esfuerzos y recursos de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas (ANADP). Atender sus necesidades, reducir el tiempo de espera a una prestación de quienes tienen derecho a ello y proporcionar recursos suficientes para alcanzar el objetivo de “facilitar la vida en su medio habitual todo el tiempo que la persona desea y sea posible, así como en su comunidad de referencia” han sido objetivos primordiales, según el Observatorio de la Realidad Social.

Un total de 15.674 personas (13.827 en 2010 y 13.408 en 2015) tenían en 2018 reconocida su condición de dependencia y de ellas, 14.315 recibían prestaciones y servicios, cifra que, según la misma fuente, significa que al cierre de esta legislatura hay 4.987 personas más atendidas que en 2015, lo que supone un incremento del 56,8%. También han aumentado las prestaciones y los servicios; hay un 60,6% más. Por lo tanto, 13.764 personas dependientes recibieron en 2018 un total de 18.032 ayudas y servicios.

Destaca el informe del Observatorio de la Realidad Social que, mientras entre 2010 y julio de 2015 el número de personas con prestaciones subió un 15,6%, en los últimos tres años y medio el aumento supera el 56%.

En estos cuatro años, también se ha logrado mejorar el tiempo medio de valoración de la situación de cada persona. En 2010, se situaba en 2,5 meses, plazo que aumentó a 4,9 meses tras la entrada de los moderados en el sistema (en 2015) y desde entonces, con las medidas de refuerzo y de gestión, se ha rebajado a 1,6 meses. También ha bajado la lista de espera para recibir el recurso al que se tiene derecho y los últimos datos indican que no llegan al centenar las personas que superan los seis meses de tope que marca la ley para acceder a la prestación deseada.

Respecto a la evolución de esta población dependiente, el informe del Observatorio incide en que hay 15.674 personas con dependencia reconocida en sus diferentes grados (el 41,6% moderada, el 38,1% severa y el 20,3% gran dependiente) y alerta de que el riesgo de dependencia se incrementa con la edad. A partir de los 80 años la incidencia es mayor y afecta a más del 23% de este grupo de edad, sobre todo a mujeres.

La financiación de servicios y prestaciones económicas a las personas dependientes ha conllevado un notable incremento del presupuesto de la ANADP que para este año ha sido dotada con 177,5 millones, 37 millones más que el último ejercicio de la legislatura pasada (140 millones en 2015). El presupuesto para 2019 supone un récord histórico ya que nunca se había invertido tanto en Navarra para la dependencia.

A diferencia de la Comunidad Foral, el Estado que recortó de 18 a 11,3 millones de 2010 a 2015 su presupuesto para Navarra, en 2018 destinó 14,9 millones. Mientras Navarra ha revertido todos los recortes e incluso ha aumentado las cuantías previas a la crisis, el Estado solo ha recuperado la mitad de los recortes. Hay que considerar, además, que Navarra incluye a los dependientes sociales, no incluidos en el cómputo estatal, que reciben ayudas gracias a la Ley de Servicios Sociales.

envejecimiento saludable La evolución demográfica de las últimas décadas, y las proyecciones de futuro plantean que en 2033, el 30% de la población navarra será mayor de 60 años (32% de las mujeres y 28% de los hombres) y superará los 80 años el 7% de la población (8,5% y 5,8%). Navarra tiene una de las esperanzas de vida más altas del mundo, pero no es tan alta en buena salud, dicen los expertos, de ahí que el envejecimiento activo y saludable haya sido caballo de batalla en esta legislatura que deja retos como incidir en el precio de las residencias. “Hemos conseguido rebajar las tarifas de los centros de día pero no hemos podido bajar los precios de las residencias y hacerlas proporcionadas a la renta”.