pamplona - El recién elegido presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde (Geroa Bai), comprobó ayer de primera mano una realidad: que parte de los partidos -entre ellos algunos de los potenciales socios del PSN en un gobierno alternativo al de la derecha- necesitan más tiempo para llegar a un acuerdo, y que en ningún caso saldrá un candidato a la presidencia del Gobierno de la ronda de contactos que Hualde empezó ayer con I-E, Podemos y EH Bildu. Bien es cierto que hoy se espera que continúen los contactos con el resto de grupos -Geroa Bai, PSN y Navarra Suma-, pero no habrá novedades. Lo más probable es que ninguno se atreva a dar el paso en esta primera búsqueda de candidatos, por lo que la carrera presidencial se retomará con toda la intensidad a la vuelta de Sanfermines, con el objetivo de poder celebrar una investidura a finales de julio si las conversaciones siguen avanzando.

De hecho, la ronda de contactos de ayer sirvió para que I-E, Podemos y EH Bildu sigan mostrando sus posiciones con respecto al Gobierno: así, Marisa de Simón (I-E) trasladó a Hualde su compromiso por apoyar al partido mayoritario de la izquierda, pero asumió que todavía queda mucho margen de ajuste sobre el documento base que les entregó el PSN el lunes, además de que hay algunos temas “en los que hay discrepancias”, como con el TAV. Mikel Buil (Podemos) insistió en que su formación sigue trabajando sobre el documento -“una fórmula parecida al acuerdo programático de 2015, solo que más escueto”, resumió- con la firme intención de alumbrar un “acuerdo amplio”, no “de mínimos”, algo que a Podemos “no le va a valer”. Y Maiorga Ramirez (EH Bildu) consideró que “no se dan las condiciones para acudir a una sesión de investidura” siempre que no haya encima de la Mesa un acuerdo de gobernabilidad que mire más allá de los 23 escaños y se mantenga el veto sobre EH Bildu, la formación “sin la que no se puede hacer frente a la derecha en Navarra”. “Todos los votos tienen el mismo valor y pedimos al PSN que esté a la altura de las circunstancias”, lanzó, al tiempo que reiteró la disposición “sincera y honesta” de “sentarse, hablar y acordar” con el PSN. Si eso no se produce, es difícil prever que EH Bildu accederá a abstenerse, lo mínimo que necesita Chivite para ser presidenta.

tasar las discrepancias La mañana, que arrancó a las 10.30h, fue de más a menos en cuanto a optimismo. La delegación de I-E -formada por De Simón, Txema Mauleón y Carlos Guzmán- fue la primera en verse con Hualde, y tras el encuentro De Simón reiteró su “compromiso” de votar a favor de Chivite “una vez se llegue a un acuerdo de mínimos” que ve “probable”. Ahora, de lo que se trata es de trabajar en el documento base que el PSN ha remitido a los que quiere que sean sus potenciales socios: Geroa Bai, Podemos e I-E. Ahora no toca, dijo, hablar del tipo de Gobierno. La participación que tengan en él, además, la someterán a consulta de la afiliación, dijo De Simón, quien indicó que de lo que se trata ahora es de trabajar en la hoja de ruta de ese Ejecutivo para tener un acuerdo “sólido” que permita trabajar durante 4 años y que pueda ser susceptible de apoyo por parte de EH Bildu. “Estamos trabajando el documento del PSN, estudiándolo, y vamos a hacer algunas aportaciones”, indicó la única parlamentaria de I-E. El texto, dijo, contiene algunos apartados que ya formaban parte del acuerdo programático de 2015, sobre todo en materia de renta de inserción o vivienda. Pero también cuestiones que generan discrepancias, como en el caso del TAV, y de las que se hablará ya mismo.

Tampoco le gusta el TAV a Podemos, que condicionará su voto en función de que se llegue a un acuerdo amplio, no de mínimos. “Vamos a poner encima de la mesa las discrepancias y apuestas del futuro gobierno que debe llevar adelante Chivite”, indicó, en lo que incluye “tasar acuerdos y desacuerdos”. Y no quiso entrar a si el PSN debe tener en cuenta a EH Bildu en el documento. “Formar un gobierno a 23 es una fórmula del PSN, y se van a encontrar con algunos problemas que ellos mismos van a tener que resolver”, reflexionó para adelantar que ellos son un partido capaz de “hablar con todas las fuerzas”. No creyó, sin embargo, que la abstención de EH Bildu vaya a ser un acto de generosidad. Más bien de “responsabilidad”. “Se encuentran en una situación complicada y tendrán que valorar si favorecen nuevas elecciones o no”, zanjó.

El último en pasar por el despacho de Hualde fue Maiorga Ramirez, que lo hizo acompañado de la parlamentaria Laura Aznal. Tras su encuentro, el secretario segundo de la Mesa consideró ante los periodistas que “no se dan las condiciones para acudir a una sesión de investidura”, porque el acuerdo del PSN no tendría un proyecto para Navarra con mayoría suficiente alternativa a la derecha sin contar con EH Bildu. “El PSN tiene que sentarse con honestidad y hacer normal lo que es normal, que nos sentemos para articular un cambio integrador”, reclamó Ramirez, que empleó buena parte de su intervención en seguir haciendo llamamientos a “sentarse, acordar y dialogar” al PSN. Sólo entonces, con una amplia mayoría, cree EH Bildu que se estará en posición de investir a Chivite, que para Ramirez ha tenido un mal comienzo con los ayuntamientos. Y, pase lo que pase, el voto de los soberanistas lo decidirán “los hombres y las mujeres de EH Bildu”.