pamplona - Desde Girona, Berga, Vic, Tàrrega y Tarragona, cinco marchas de tres días culminaron, de la mano de la huelga general, su multitudinario camino hacia Barcelona con una manifestación que reunió a más de medio millón de personas, según cifras de la Guardia Urbana, y 750.000 según fuentes de la organización, en un clamor por la libertad de los líderes independentistas condenados el lunes. Tras una agitada semana repleta de protestas en toda Catalunya, de inicio pacíficas y con choques violentos entre manifestantes y Policía a su término, el independentismo quiso mostrar su mejor cara con una nueva movilización de gran formato sin incidentes.

Los manifestaron clamaron por la tarde en Barcelona por la independencia de Catalunya en una manifestación tras la huelga convocada por los sindicatos Intersindical-CSC y la IAC, y que fue la movilización más masiva en rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo (TS) que se hizo pública el lunes.

La cabecera con el lema Por los derechos y libertades, huelga general revelaba la convocatoria al paro del país en una huelga con eminente componente político como protesta por las condenas de 9 a 13 años de cárcel que el Tribunal Supremo impuso a los líderes independentistas. La naturaleza de la movilización se explicaba en el cántico de “¡Huelga, huelga, huelga general!” de los manifestantes, que repetidamente se fundía en gritos de “Independencia”. Los participantes entonaron canciones como L’estaca, Bella Ciao y lanzaron proclamas como Las calles siempre serán nuestras, Prensa española, manipuladora y Unidad, en referencia a las discrepancias dentro del independentismo.

En algunos momentos se fusionaron las proclamas independentistas con las de la huelga y se gritó “Huelga general” e “Independencia” al unísono. Tampoco faltaban los intensos pitos cuando el helicóptero de la Policía Nacional sobrevolaba Passeig de Gràcia.

Una huelga y una movilización que se desarrollaron con inevitables reminiscencias al paro de dos años atrás, el 3 de octubre, dos días después del referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional. “El 3-O lo hicimos, ahora lo volvemos hacer y repetiremos siempre que sea necesario”, proclamaban desde el IAC. “Los datos de la huelga superan la del 3-O, es un gran éxito colectivo que repetiremos las veces que haga falta”, constataban desde la Intersindical-CSC.

La concentración transcurrió en un ambiente festivo y pacífico -parecido al de las concentraciones de la Diada-, con numerosas esteladas y proclamas a favor de los líderes independentistas condenados por el Tribunal Supremo, sin registrarse incidentes hasta que fue desconvocada sobre las 18.30 horas. Sin embargo, en paralelo y al margen de esta manifestación, comenzaron a producirse disturbios a pocas calles de distancia, en Via Laietana, frente a la sede de la Jefatura de Policía.

Desde el escenario de la movilización en paseo de Gràcia, situado a la altura de Diputación, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, llamó a las fuerzas independentistas a “defender y sostener una declaración de independencia”.

El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, condenado a 9 años de cárcel por sedición, pidió por su parte a los catalanes -a través de una carta leída por el vicepresidente de la entidad, Marcel Mauri- que se mantengan “unidos y no violentos” a pesar de “los intentos de escarmiento” y la “represión” por parte del Estado.

A través de Twitter, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no entró en valoraciones políticas sobre la hoja de ruta y se limitó a aplaudir las “marchas por la libertad”: “¡Muchas gracias a todos los que habéis demostrado la fuerza cívica y pacífica del movimiento independentista! ¡Ganaremos y adelante, siempre adelante!”, señaló Torra, después de que este pasado jueves lanzara en el Parlament su propuesta de ejercer la autodeterminación esta la legislatura.

Sobre esta propuesta, el candidato de ERC al Congreso de los Diputados Gabriel Rufián dijo, en unas declaraciones a los periodistas antes de participar en la manifestación, que su formación está “para solucionar las cosas” y no para vender “humo, ni magia, ni simbolismo”.

La portavoz de JxCat en el Congreso y también candidata al 10-N, Laura Borràs, aseguró por su parte que la sentencia del procés “no romperá la convivencia” en Catalunya.

Uno de los sindicatos convocantes, la Intersindical-CSC, calificó la huelga general como la “más grande de la historia de Catalunya” y cifró la participación en la manifestación en 750.000 personas.

Paralelamente, la tensión iba en aumento a pocas calles de distancia del escenario donde se produjo los parlamentos. - D.N.