- Había estado en anteriores ocasiones haciendo radio en directo desde Iruña, pero era la primera vez con el Hoy por Hoy, tras sus experiencias previas en Hora 25 y en A vivir que son dos días. "No es una ciudad que hubiese visitado mucho", confiesa, así que sacó tiempo para "poder pateársela". A pesar del trajín, a Àngels Barceló "le encanta salir de la redacción y de Madrid" y "recuperar contacto visual con los oyentes".

Su visita ha coincidido con una semana políticamente tremenda. Habrá tenido tiempo de reflexionar sobre lo sucedido, que es de mucho calado.

-Sí, sí lo es, sabíamos que lo que pasara en Madrid no se quedaba en Madrid, y vamos a ver la trascendencia que tiene para todos, para los que ganan y para los que pierden. Yo creo que muchas preguntas abiertas las tiene el Partido Socialista, por la derrota histórica en Madrid. Las tiene Unidas Podemos, porque se queda sin líder, descabezada; además un proyecto tan personal se queda precisamente sin esa persona que estaba al frente. Incógnitas también por Más Madrid, para ver si este proyecto tiene más patas que solo Madrid, si tiene más salida. Y luego por la derecha también, porque el Partido Popular tiene que definir qué partido quiere ser, si más el de Ayuso o más el de Núñez Feijóo. Con lo cual, creo que a partir de lo que pasó el martes, que yo sí pienso que fue un terremoto, quedan muchísimas incógnitas que entiendo que iremos desentrañando en las próximas días, en las próximas semanas, y algunas, en los próximos meses.

Hilando por el PP, Casado se parece mucho más a Díaz Ayuso que a Núñez Feijóo.

-No sabría qué decirle, porque Pablo Casado se mimetiza. Había una película de Woody Allen, que se llama 'Zelig', en la que el protagonista se mimetizaba en la persona que tenía al lado. Cuando Feijóo consigue mayoría absoluta en Galicia él es del estilo Feijóo y de la manera de hacer política de Feijóo, pero en cambio cuando ve que Ayuso arrasa como arrasó, que casi consigue la mayoría absoluta, pues es la política de Ayuso. Yo no sé por lo que va a optar Pablo Casado. Hombre, ahora a corto plazo lo que le ha dado rédito es ser como Ayuso, no sé si a largo plazo eso le va rentar, sobre todo porque hay que tener en cuenta que el Partido Popular es una formación de gobierno, un partido muy institucional. No sé si la manera de entender la política de Díaz de Ayuso es lo que necesita el principal partido de la oposición en este país.

Por el lado del Gobierno español, y de los dos socios damnificados, más allá de las consecuencias inmediatas evidentes, usted da por seguras derivadas a medio plazo.

-Como mínimo en el PSOE una reflexión. La de Gabilondo es una candidatura dirigida desde la Moncloa. Gabilondo estaba de salida, fue decisión de la Moncloa que él se presentara, él se presentó. Hombre, el candidato tiene parte de responsabilidad en la derrota, pero no me parecería justo que tuviera que asumir toda la responsabilidad, y por eso digo que de alguna manera el Partido Socialista tiene que pensar o hacer autocrítica sobre si la estrategia que ha seguido es la buena o no. Y entre otras cosas , porque ya lleva unas cuantas elecciones en las que no cosecha grandes resultados. Sí ganó en Catalunya, es verdad, pero tampoco puede formar gobierno. Hubo elecciones en Galicia y no quedó primero, en Euskadi tampoco... con lo cual lo que pasó el martes también tiene que ser un punto de inflexión. Y por parte del otro socio de gobierno, por lo que respeta al ejecutivo de coalición, creo que a excepción de Yolanda Díaz los otros ministros quedan como muy desdibujados. No sé si pierde fuerza Unidas Podemos dentro del Ejecutivo.

Uno de los momentos de la campaña estuvo en el debate radiofónico conducido por usted, donde explotó toda la polarización, la tensión y la actitud de la extrema derecha.

-Mire, era un escenario que no había previsto, y ahí fallé, y lo digo en serio, ahí fallé. El día anterior con José Luis Sastre estuvimos planteando escenarios, por dónde podría ir la estrategia de los partidos, teniendo en cuenta que el Partido Popular no iba a estar en el debate, con lo cual no podía ser un todos contra Ayuso. Estuvimos dando vueltas a cómo podría ser el debate, diseñando un poco lo que nos podía pasar. En ningún momento calculé que me podría suceder lo que me pasó, que se levantara uno de los miembros del debate, y que después otra de los miembros del debate fuera a reventarlo, con ese tono de mala educación. Y entonces, bueno, reaccioné como reaccioné, más humanamente que profesionalmente, creo. Si volviera a pasarme lo mismo y no lo hubiera previsto, creo que volvería a actuar de la misma manera, pero visto con la distancia, ya ese mismo día, cuando me escuché y me vi, me dio muchísima tristeza, porque mi papel no es ese, yo no tengo que entrar a debatir con nadie, con ningún político ni con ningún entrevistado, y me entristeció muchísimo.

Su compañero Javier del Pino planteó días después otro debate sobre qué actitud se debe tomar ante las posiciones que atacan a la convivencia o la dañan.

-Es que este es el debate que tenemos pendiente, y como lo tenemos pendiente, estalló en directo. La ultraderecha tiene representación parlamentaria, ha sido elegida democráticamente, también en la Asamblea de Madrid, por eso estaba sentada en ese debate. Yo creo que lo mejor es debatir con ellos, porque además cuando debates les desnudas. Ellos no tienen ni un proyecto de gestión, ni de país ni de comunidad. No saben qué decir cuando les planteas cuestiones concretas. Por mucho que no se debata con ellos no desaparecerán, al contrario, creo que les dan más argumentos. Otro tema es si tienen que aparecer en muchas entrevistas en los medios de comunicación. Este es un debate que los periodistas también tenemos pendiente, pero los políticos tienen pendiente el suyo.

La radio capea bien o mejor que bien el cambio tecnológico, y ahí está, siempre acompañando.

-Nosotros somos un medio que podemos incluso aprovecharnos mucho más de la tecnología de lo que hacemos. Parte de la gente no escucha la radio de la misma manera, y se baja el podcast. Nosotros tenemos que adaptarnos a esto, tanto en el formato de los contenidos como en el lenguaje, y en eso estamos, pero sigue habiendo muchísima gente que escucha la radio de la manera tradicional, y que en momentos de pandemia como estos, se ha aferrado, y yo lo he notado, como un clavo ardiendo, sobre todo esa gente que ha estado pasando confinamiento en mucha soledad.

"No calculé que podría pasar en nuestro debate electoral lo que pasó, que se levantara un participante y que después otra fuera a reventarlo"

"En esta pandemia muchísima gente se ha aferrado a la radio, sobre todo la que se ha confinado en mucha soledad"