- Pedro Sánchez tendrá que sudar la camiseta. Aunque desde La Moncloa se sigue dando por hecho que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2002 saldrán adelante, una vez presentado el proyecto y con las esperadas enmiendas a la totalidad desde la bancada de la derecha, el Gobierno de coalición deberá afanarse en terminar de seducir a quienes entiende como socios prioritarios, PNV y Esquerra. Ambas formaciones continúan sin apreciar avances concretos que permitan materializar en hechos las promesas y reiteran las exigencias que ya habían puesto sobre la mesa. En el caso de los jeltzales, la principal se remonta a hace prácticamente un año, el traspaso comprometido, en forma y fondo, del Ingreso Mínimo Vital (IMV), que se mantiene obstaculizado por el proceder del titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Por su parte, los republicanos demandan una Ley Audiovisual que blinde la producción en catalán, amén de cuestiones que atañen a las pensiones, universidades y la Memoria Democrática.

Mientras Escrivá se dedicó ayer a sacar pecho de que el IMV llegará a finales del presente año a unos 390.000 hogares en el Estado español, el PNV continúa aguardando acontecimientos. Sin perder la paciencia pero instando a que no haya más dilaciones bajo una seria advertencia al Ejecutivo de Sánchez: “Si esto no se resuelve, difícilmente vamos a llegar a acuerdos posteriores”. El ministro ha querido agarrarse a la reciente sentencia del Tribunal Constitucional que ha puesto freno a la gestión del IMV por parte de la Generalitat al aducir que “es competencia del Estado”, pero esa resolución no debe suponer traba alguna en el caso vasco en tanto que la resolución afecta a las comunidades de régimen común y en la ley existe un articulado específico para la CAV y Nafarroa. El dirigente socialista se había abierto antes a aceptar un sistema de ventanilla única para que las instituciones vascas gestionen el pago de esta ayuda a los ciudadanos, pero lo condicionó a aprobar un cambio legislativo para el que no puso fecha. Los jeltzales defienden que el decreto 20/2020, tal y como lo pactaron el año pasado con Madrid, ya recoge el traspaso a Euskadi y, por lo tanto, ya aparece en la ley sin tener que modificar la normativa. En concreto, aparece en la disposición adicional quinta del decreto 20/2020 por el que se establece el IMV, donde se admite que, “en razón de la especificidad que supone la existencia de haciendas forales, las comunidades autónomas de régimen foral asumirán con referencia a su ámbito territorial las funciones y servicios correspondientes que en este real decreto ley se atribuyen al Instituto Nacional de la Seguridad Social”; y que “en tanto no se produzca la asunción de las funciones y servicios”, se acordará “una encomienda de gestión”, de manera que el traspaso a medias que plantea Escrivá era solo una solución provisional, no para siempre, tal y como reconoce por escrito este decreto.

Por lo demás, “estamos en la fase de examinar una a una las partidas sin hacer lecturas gruesas”, señalaron a este periódico desde la fuerza nacionalista, que no confía en que a corto plazo se produzcan grandes avances. El PNV reclama también el impulso definitivo del Tren de Alta Velocidad y propulsar la construcción de las estaciones soterradas del AVE en Bilbao y Gasteiz. El delegado del Gobierno en la CAV, Denis Itxaso, anunció que se destinarán 325 millones para el TAV a fin de garantizar la conclusión de la Y vasca en 2026, de manera que en 2022 sí se ejecutará el gasto comprometido, algo que no ha ocurrido en los últimos años pese a las cuantiosas previsiones presupuestarios, de ahí los recelos que también al respecto puedan sentir los jeltzales.

Desde la óptica catalana, ERC mantiene su rechazo a las Cuentas. En lo que incumbe a la Memoria Democrática, el portavoz republicano, Gabriel Rufián, aprovechó para denunciar la “cobardía” que achaca al Gobierno por no atreverse a declarar “ilegal” el régimen franquista por haber surgido de un golpe de Estado. “Pedíamos eso para empezar a hablar”, lamentó, reclamando también que se reconozca la “responsabilidad” de la cúpula de la Iglesia católica en el mantenimiento de la dictadura. En cualquier caso, mostró su esperanza en poder llegar a consensos durante la tramitación de la ley en comisión. Sin querer hablar de “líneas rojas” porque ese lenguaje “no favorece” la negociación”, se limitó a apostillar que “todo afecta a todo” cuando se le preguntó por el traspaso de Cercanías, gestos en torno a la ley audiovisual o a sacar a la Policía Nacional de la Vía Laietana de Barcelona. “Lo único que habría que aislar de la agenda política es la mesa de diálogo con Catalunya; el resto todo afecta”, insistió Rufián.

Eso sí, reivindicó la trascendencia de Esquerra para la aprobación de los Presupuestos “ahora que Ciudadanos está haciendo de extrema derecha con PP y Vox”. “No es alarde de nada, es sumar y restar, y eso nos responsabiliza para que sea un buen acuerdo, si llega”, proclamó el portavoz republicano, rehusando asimismo a responder a Junts sobre si ambos partidos deben sentarse juntos en la misma mesa a negociar las Cuentas. “Cuanto más nos peleamos, más presente y futuro regalamos al PSC, y yo no voy a cometer ese error”, indicó Rufián, quien sí lanzó un dardo a JxCat por querer sentarse para esto y no en la mesa de diálogo. Por último, enmarcó en la “normalidad” que el Gobierno invierta más en una comunidades que en otras, y criticarlo es “infantilismo político”, reseñó en alusión al PP y a Isabel Díaz Ayuso.

“Si no se resuelve de una vez por todas el IMV, difícilmente llegaremos a acuerdos posteriores”

“Todo afecta a todo, lo único que hay que aislar de la agenda política es la mesa de diálogo”

Portavoz de ERC en el Congreso