A estas alturas de la legislatura, es lógico que el posicionamiento de los grupos parlamentarios sea previsible. Sin embargo, no deja de sorprender la capacidad de la derecha para dibujar escenarios muy alejados de la realidad.
En el Debate sobre el estado de la Comunidad que ha arrancado esta mañana en el Parlamento foral, ya han intervenido las dos formaciones que están en la oposición. Mientras Navarra Suma ha pintado un panorama apocalíptico, EH Bildu ha vuelto a tender la mano al Gobierno para llegar a acuerdos "en todo aquello que mejore la vida de la gente" y ha subrayado su "compromiso" por "consolidar un espacio de izquierdas y progresista".
Su retahíla de reproches al Gobierno la ha apoyado en la lectura de una sucesión de titulares de prensa hasta completar un descomunal ejercicio de demagogia antes de ponerse nolstálgico. Ha sido entonces cuando Esparza ha vuelto a poner como ejemplo de prosperidad al último Gobierno de UPN, con Barcina al frente, que dejó a Navarra al borde de la insolvencia económica, de acuerdo con el informe que hizo en su día la Cámara de Comptos.
Si alguien escucha la catastrofista intervención de Esparza sin conocer nada de la Comunidad Foral, puede tener incluso dudas de si amanecerá mañana en Navarra. Nada que ver con la actitud constructiva, sin rehuir la crítica, de Bakartxo Ruiz, quien ha puesto en valor que en Navarra "existe una mayoría política alternativa a la derecha y eso es lo que le escuece a Esparza".
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