- Navarra incrementará su presupuesto para las ayudas a la rehabilitación de vivienda por encima del 50% en los próximos años, gracias sobre todo a los fondos europeos. De los 28,6 millones destinados a este fin el pasado año, el Gobierno de Navarra prevé alcanzar una inversión superior a los 40 millones anuales. El reto ahora, admiten desde el Departamento de Ordenación del Territorio y Vivienda, será ejecutarlo en su totalidad.

La rehabilitación de vivienda es uno de los pilares del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia con el que la Unión Europea quiere reactivar una economía lastrada por la pandemia desde criterios de sostenibilidad medioambiental. Una apuesta en la que ya venía trabajando el Gobierno de Navarra, que prevé mejorar las ayudas y subvenciones de los últimos años para incentivar al máximo las actuaciones de particulares y promotores privados, que deberán aportar también fondos propios.

Será a partir de febrero cuando el departamento que dirige José Mari Aierdi concrete las nuevas convocatorias específicas dirigidas a las subvencionar reformas integrales de edificios, mejoras en viviendas privadas y reducción de consumo energético. Pero en algunos casos el total de las ayudas podrá alcanzar hasta el 70% de la inversión. Según estimaciones del propio departamento, las subvenciones oscilarán entre los 6.500 y los 20.000 euros en función del tipo de obra. Habrá también un ayuda especial en los municipios de menos de 5.000 habitantes.

Los presupuestos del Gobierno para este año incluyen 39,5 millones de fondos propios para actuaciones en vivienda, de los que aproximadamente el 80% será para rehabilitación. Supone un 10% más que el año anterior. A esa cantidad hay que sumar los fondos europeos, que Navarra ya ha empezado a recibir y que ejecutará a partir de los próximos meses, una vez se vayan resolviendo las convocatorias de ayudas. Está previsto recibir un total de 47 millones hasta 2023 para rehabilitación y ahorro energético.

Paralelamente, el Gobierno de Navarra tiene previsto recibir otros 1,7 millones para actuaciones en localidades de menos de 5.000 habitantes. Además, el Estado, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica, prevé destinar 18 millones para la rehabilitación energética integral de edificios.

En total, los fondos europeos para vivienda alcanzarán los 85 millones hasta 2023, de ellos 71 para rehabilitación, con un plazo de ejecución que como máximo puede alcanzar 2026. Todo lo que no se haya gastado para entonces habrá que devolver a Europa, de ahí la importancia de acelerar al máximo todo el proceso de adjudicación.

Hará falta también un esfuerzo adicional para convencer a ciudadanos, comunidades de vecinos y promotores privados de la oportunidad que tienen por delante. Los fondos europeos no solo tienen por objetivo fomentar la transición energética, también buscan dinamizar la economía, por lo que exigen que las ayudas públicas vayan acompañadas también de inversión privada.

Para ese fin el Gobierno ha contratado a 16 personas que van a formar parte de equipos de dinamización y acompañamiento. Profesionales del sector que harán labor de asesoramiento para comunidades de vecinos y particulares que por edad, situación económica o dificultades personales tengan dificultades para acometer obras de este tipo.

Navarra consolida así un cambio en el modelo de construcción de vivienda, centrado en el alquiler social y la rehabilitación de vivienda usada. Más acorde con los nuevos paradigmas europeos y alejado de la construcción de nuevas urbanizaciones en el extrarradio, lo que en España se ha definido como "el Madrid de las piscinas", y que acaba con la desertificación de los cascos urbanos, reconvertidos en centros de ocio y turismo. Una apuesta en la que se quiere implicar también a la población más joven para que acometa inversiones en reformas de viviendas, ya sea de compra o de propiedad familiar, en lugar de en la adquisición de vivienda nueva.

Según algunos estudios, los edificios residenciales son responsables del 40% de las emisión de CO2 de las ciudades, por lo que el ahorro en calefacción y aire condicionado mediante mejoras en la eficiencia energética es una apuesta estratégica de la UE. Así lo recoge también la Ley Foral de Cambio Climático que actualmente tramita el Parlamento foral, en el marco de la estrategia de transición ecológica Navarra Green, que aboga por una transición energética que reduzca el consumo, avance en la descarbonización de las ciudades y combata la pobreza energética.

Desgravaciones. Navarra ha adaptado para este año la nueva normativa estatal en cuanto a deducciones por rehabilitación para la mejora energética. Así, se establece la deducción del 20%, hasta un máximo de 5.000 euros por actuaciones que reduzcan al menos un 7% la demanda de calefacción y refrigeración. También se determina una deducción del 40%, hasta los 7.500 euros por vivienda en las actuaciones que reduzcan un 30% el consumo de energía primaria no renovable o mejoren la calificación energética hasta las letras A o B. Y del 60%, hasta los 5.000 euros por vivienda de uso "predominantemente residencial". En este caso su aplicación irá hasta el 31 de diciembre de 2023 y las cantidades satisfechas no deducidas por exceder de la base máxima anual de deducción (5.000 euros) podrán deducirse, con el mismo límite, en los cuatro ejercicios siguientes, sin que la base acumulada supere los 15.000 euros.