PAMPLONA. El profesor de Geomorfología y Geotecnia de la Universidad de Navarra, Antonio Aretxabala, ha afirmado que el movimiento de la ladera de Yesa "no se ha parado" y ha asegurado que "estas inestabilidades no solamente son provocadas, sino que se está jugando con fuego".

El profesor de la Universidad de Navarra, que ha comparecido en el Parlamento foral a petición de EH Bildu para presentar una informe que ha elaborado sobre la evolución de la ladera de Yesa, ha explicado que los propios datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro atestiguan que se están registrando movimientos en la ladera y ha señalado que "el recrecimiento del embalse no puede ser la solución" a las inestabilidades.

"El recrecimiento sí que puede aportar estabilidad, pero en el espíritu de un embalse está almacenar agua, no aguantar laderas inestables. Normalmente, en el espíritu de las laderas estables está aguantar agua, eso por definición", ha explicado.

El especialista ha señalado que "la seguridad en Yesa siempre ha sido una promesa". "Ha habido promesas basadas en datos erróneos de los parámetros geotécnicos, por lo tanto la seguridad sigue siendo una promesa", ha indicado, para señalar que todo los movimientos que se han registrado han sido "provocados por el hecho de excavar".

Asimismo, ha explicado que los vecinos desalojados no regresarán a sus casas, puesto que de hecho ya están cobrando indemnizaciones, y ha citado un informe de la Universidad Pública de Navarra que señala que el 63 por ciento de la población de Sangüesa siente miedo por la situación.

Aretxabala ha lamentado que "muchos vecinos han gastado dinerales arreglando grietas" en sus casas, sin que la Confederación Hidrográfica del Ebro les advirtiera de que el movimiento de la ladera obligaría a su salida definitiva del lugar.

A su juicio, "el Gobierno de Navarra debería haber pegado un puñetazo en la mesa ante la trituración absoluta en la ladera, que es por lo que se ha movido la presa y por eso se han registrado filtraciones". "Ha sido un chandrío por no conocer el terreno, por no conocer la estructura, por no conocer el ángulo de rozamiento", ha subrayado, para añadir que lo ocurrido no ha sido producto de la naturaleza sino de un "error" humano.