PAMPLONA - El hombre de 84 años marido de la víctima del incendio mortal de anoche en Pamplona trató de salvar a su mujer, pero el humo que había dentro de la casa se lo impidió. Mientras tanto, vecinos y vecinas de la Txantrea le gritaban para que mantuviese la cabeza fuera de la ventana de la casa y trataban de disuadirle de que entrara a buscar a su mujer, por el peligro que hubiera supuesto para él que respirara el humo.

Nerea Villanueva era una de las personas que se encontraba abajo y cuenta que el marido de la fallecida no paraba de decir “¡voy a sacar a Dorita!”. Sin embargo, Villanueva aseguró que era “imposible” permanecer dentro del edificio, ya que “distintas personas intentaron acceder desde el portal, pero no se podía subir con el humo negro que bajaba por las escaleras y salía por las ventanas”. Eso fue lo que vieron muchos de aquellos txantreanos que se acercaron a la calle Lesaka entre sonidos de sirenas. Aingeru González, que vive en la cercana calle Mendigorria, recordaba que vio “pasar los bomberos desde un bar de la calle Santesteban”, donde se encontraba con más gente y, al asomarse, observó “mucho humo”. Después de que los bomberos apagaran el fuego, Aingeru González se encontraba en los alrededores con Oskar Mateo, otro txantreano que explicaba cómo “el marido ha intentado sacar al balcón a su mujer, pero no ha podido”, dijo.

Finalmente, los bomberos consiguieron apagar el incendio y sacar al hombre desde el balcón, a las 21.25, a través de una escalera, pero no pudieron hacer nada por salvar la vida de la mujer. El resto de vecinos habían salido del edificio antes de que llegara la Policía Municipal, cuando a las 21.06 escucharon los gritos de la víctima, que no solo pedía auxilio, sino que alertaba los vecinos para que se pusieran a salvo de las llamas. Más tarde, mientras estos esperaban en la calle, muchos en pijama, recordaban con pena la voz de la fallecida gritar “¡Fuego! Salid todos!”. Lo contaban con una profunda lástima, pero agradecidos a Dorita y orgullosos de la valentía de su marido. - Mikel Urabaien Otamendi