sabadell - El juez que investiga la violación múltiple a una joven de 18 años en Sabadell, Barcelona, ha ordenado prisión para uno de los ocho miembros detenidos de La Manada de Sabadell -M.A., que supuestamente agredió a la víctima en tercer lugar y la sacó de la fábrica de Can Feu- y dejó en libertad al resto, a los que obliga a comparecer semanalmente en el juzgado y a quienes prohíbe salir de España.

El juez acuerda enviar a prisión a este sospechoso al considerar que existe un riesgo de fuga, ya que carece de residencia legal y no cuenta con “el más mínimo arraigo” social.

Respecto al segundo detenido como presunto autor material de la violación, el juez acuerda dejarlo en libertad al cuestionar el reconocimiento que la víctima hizo de él, ya que se limitó a indicar que “le sonaba” su voz y su acento, lo que según el juez “no es muy definitivo”, dado que los tres violadores eran magrebíes. Para el magistrado “no hay ningún indicio más contra el investigado”, por lo que “no resulta posible” decretar su ingreso en prisión a la espera de los resultados de los análisis de ADN practicados.

Paralelamente, según fuentes del caso, los Mossos d’Esquadra investigan si un hombre que se entregó la noche del miércoles en comisaría, y que pasará hoy a disposición judicial, es el tercer autor material de la violación múltiple que sufrió la madrugada del pasado domingo la joven en una fábrica abandonada de Can Feu.

“relato coherente” Además, el juez mantiene la causa abierta por un delito de agresión sexual “cometido materialmente por tres personas”, dos de las cuales estarían entre los siete investigados que pasaron a disposición del magistrado.

En los autos, el juez resalta que el relato de la víctima sobre dónde, cuándo y cómo tuvieron lugar las tres agresiones sexuales por parte de tres personas distintas no incurrió en contradicciones “y se antoja coherente y verosímil”. Se deduce del relato que hubo un elemento intimidatorio, ya que estaba llorando “angustiada” y “aturdida” por lo que ocurría, e indicó que tenía miedo de que le pasara “algo aún peor” de lo que ya le estaba sucediendo “si se resistía”. - Efe