parís - Los médicos del hospital de Reims, Francia, reintegraron ayer la alimentación artificial de Vincent Lambert, el paciente en estado vegetativo al que se la habían retirado un día antes, en cumplimiento de una decisión judicial. El Tribunal de Apelación de París ordenó que se volviera a alimentar al paciente para dar tiempo a que se pronuncie el Comité para los derechos de las personas con discapacidad de la ONU, al que habían recurrido los padres, contrarios a que se le deje morir. Era el último recurso que les quedaba a los progenitores, que vieron cómo doce horas después de que se retirara la alimentación del paciente, la Justicia volvía a darles un plazo suplementario.

Un centenar de personas, que se manifestaban a las puertas del hospital en contra de la decisión de los médicos, celebraron la noticia. Es la quinta vez que los jueces ordenan volver a alimentar a este paciente, convertido en un símbolo del final de vida en Francia. Cada vez que los médicos que lo tratan, en unión con su esposa, decidían retirarle la sonda que lo alimenta, los padres, militantes de una asociación ultracatólica, encontraban un resquicio legal para que volviera a ser nutrido.

vaticano El Vaticano señaló que “la alimentación y la hidratación son una forma de cura esencial siempre proporcionada al mantenimiento de la vida. Alimentar a un enfermo no constituye nunca una forma irracional de obstinación terapéutica”, dijo el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el cardenal Kevin Farrell, que agregó que “la suspensión de tales curas representa una forma de abandono”. - Efe