pamplona - La primera pregunta es obligada, ¿cómo surge la idea de hacer un libro de rutas con niños? Usted es biólogo, maestro...

-La idea surgió porque nos hicimos cargo de organizar salidas montañeras en la escuela de nuestras hijas. También me di cuenta que los libros de estas características solían traer pocas rutas y casi siempre las mismas: Xorroxin, Infernuko Errota, Orgi... así que surgió la idea de hacer el libro. Contactamos con SUA y les pareció buena idea así que finalmente salió adelante. La idea inicial era incluir muchas más rutas pero por problemas de tiempo y espacio se han quedado muchas fuera.

Como con todas las cosas, es importante que las primeras experiencias sean positivas y placenteras... Muchos padres y madres aficionados a la montaña se empeñan en llevar a los hijos al monte cueste lo que cueste y se puede provocar la reacción contraria...

-Puede ser. El monte no tiene porqué gustar a todos. Los padres a veces nos obcecamos en que nuestros hijos se hagan músicos, montañeros, futbolistas... Es su camino y tienen que recorrerlo ellos pero creo que nosotros podemos darles las oportunidades necesarias para que descubran qué es lo que les gusta y qué no. A menudo los niños se oponen por naturaleza a los deseos de los padres pero no es una oposición firme, en esos casos creo que hay que insistir. También puede haber unos pocos niños que, tras probarlo, simplemente no le vean la gracia a pasar un día en el campo, igual que algunos adultos, en esos casos puede que tengamos que darnos cuenta de que es una batalla perdida y desistir.

Por eso es importante algo que aparece en la guía, recorridos accesibles y dimensionados, pensados a escala infantil...

-Las rutas son apropiadas para hacer con niños, son cortas y los desniveles modestos, pero eso no quiere decir que no supongan un esfuerzo. En alguna caminata hay padres que me han dicho esto no es para niños. Creo que una caminata por el monte debe implicar un esfuerzo y también, que si salimos al monte, vamos a encontrar cuestas, caminos incómodos, puede hacer calor o frío, llover... Los niños corren mientras juegan al fútbol u otros deportes y encontramos natural que se cansen, cansarse en el monte es también natural.

De todos modos el concepto rutas para niños es algo vago, es comparable a rutas para padres. Hay niños de 3 años que caminan como cabras y otros más mayores a los que les cuesta más. Las rutas también pueden hacerse sin niños, el libro es válido para adultos que quieran salir de paseo sin darse una gran paliza.

La montaña también tiene otros valores como la solidaridad, disfrutar del silencio, respetar la naturaleza....

-Por supuesto. Salir al monte y salir con más niños es un buen ejercicio de socialización y de vivir juntos experiencias memorables. Se aprende así a compartir, a ayudar a los compañeros... Como dices, sacar a los niños al monte es darles la oportunidad de disfrutar del silencio, de un tronco con una forma curiosa, del vuelo de los buitres o de tantas cosas maravillosas e inesperadas que podemos ver a lo largo de una caminata. En definitiva, lo más importante de un medio natural como la montaña es que es bello, y soy de la opinión de que hay que exponer a los niños a la belleza. Y de eso en la montaña Navarra hay mucho.

En su guía incluye unos apartados que tienen que ver con la historia, la divulgación... Los itinerarios nos hablan del entorno y del pasado.

-Sí, en colaboración con Argiñe, de SUA, incluimos un apartado en cada ruta tratando alguna curiosidad, leyenda, o información relevante de la ruta. En los recorridos se visitan ermitas, castillos históricos, megalitos, árboles monumentales... Salir al monte es también una oportunidad para interpretar el entorno y ver cómo el ser humano ha ido modificando el medio hasta convertirlo en el paisaje cultural que podemos apreciar hoy en día. - J.I.C.