bilbao- “Estamos mucho más cerca de prevenir o retrasar el máximo de tiempo posible la aparición del Alzheimer que de evitar que los cambios patológicos cerebrales de la demencia aparezcan en el cerebro”, explica a este diario Nina Gramunt, neuropsicóloga de la Fundación Pasqual Maragall, que en Los Tinglados del Arenal de Bilbao iniciará hoy la campaña Cuando te cuidas, el Alzheimer da un paso atrás que recorrerá distintas capitales del Estado. La iniciativa contará con un conjunto de actividades para sensibilizar ante esta patología neurodegenerativa, con la que una de cada dos personas tiene relación directa o indirecta, aunque la mayoría no sabe que existen estilos de vida que pueden ayudar a evitarla. “Éste es el motivo de la campaña: concienciar a la ciudadanía de que nunca es tarde para empezar a actuar en la prevención del Alzheimer”.

La Fundación Pasqual Maragall surgió en abril de 2008 como respuesta al compromiso adquirido por el exalcalde de Barcelona y expresidente de la Generalitat de Catalunya tras anunciar públicamente que le habían diagnosticado Alzheimer. Su misión es promover la investigación para prevenir esta patología, además de ofrecer soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y la de sus cuidadores.

El Alzheimer, la demencia más común, la padecen 40 millones de personas en el mundo y cada cuatro segundos se diagnostica un caso de demencia; una de cada diez personas mayores de 65 años la padece, ascendiendo a uno de cada dos en mayores de 85 años.

falsas creencias Entre la ciudadanía existe la falsa creencia de que el Alzheimer es una patología hereditaria contra la que no se puede hacer nada. “Desgracidamente, aunque actualmente no podamos asegurar que alguien sufrirá o no Alzheimer en un futuro, las investigaciones que se están realizando demuestran que una persona afectada por esta dolencia comienza a sufrir cambios patológicos 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas”. ¿Su origen? “Es multifactorial. Sabemos que existen factores sobre los que no se pueden actuar como el envejecimiento y el genético, pero otros muchos son modificables, sobre los que podemos actuar, reduciendo y retrasando la apareción hasta en uno de cada tres casos”, explica la experta catalana.

Consciente de que el Alzheimer se está diagnosticando cuando ya existe un importane deterioro cognitivo y no se puede detener su progresión, el objetivo de los especialistas es “avanzar hacia etapas tempranas a través de programas de investigación y campañas de concienciación como la que se celebra hoy en Bilbao, donde a todas las personas que se acerquen al espacio que hemos preparado se le informará sobre las dudas que tenga sobre la enfermedad y sobre la necesidad de unos estilos de vida saludables con los cuales podría prevenir su aparición. Animaremos a la gente a que se cuide; vale la pena”, dice la doctora Gramunt, al tiempo que se refiere a los factores de riesgo modificables, como los que tienen relación con el riesgo cardiovascular, los hábitos de sueño, la nutrición y la actividad física, cognitiva y social que contribuyen a disminuir las probabilidades de padecer la enfermedad del olvido. Porque de todos los casos de la enfermedad solo el 1% se debe a una causa genética.

Por ello, la doctora incide en sensibilizar a la población para la adopción de estilos de vida saludables para iniciar la lucha para reducir el riesgo de Alzheimer. ¿Qué habitos? “Los que tienen que ver con la promoción del envejecimiento activo y saludable y los dirigidos a atender nuestra salud cardiovascular y el descanso en especial”, explica. En este sentido, se refiere a la Dieta Mediterránea que parece tener un papel protector tanto para la enfermedad cardiovacular, como para hacer frente al deterioro cognitivo y la demencia. “El ejercicio juega también un papel fundamental, así como el mantener la mente activa. Es fundamental aprender a hacer cosas nuevas, asumir retos. La gente no tiene que limitarse a repetir sistemáticamente lo que ya sabemos hacer”.

Sobre los factores de riesgo cardiovascular, las investigaciones señalan el impacto que muchos de ellos tienen en el riesgo de desarrollar demencia cuando suceden en la edad adulta. “Hay que trasladar a la ciudadanía que una buena nutrición, el ejercicio... todas las pautas frente al riesgo cardiovascular no solo favorecen tener un corazón sano, sino que también ayudan a contar con un cerebro en buen estado. Muchos de estos hábitos protegerán también frente al Alzheimer”, reconoce Gramunt para quien merece la pena sensibilizar a la gente. “Hay que darle más motivos para que actúe con responsabilidad a la hora de envejecer, porque el Alzheimer no es tan inevitable como a priori pueda pensarse, o nos han hecho creer”.

Desde la Fundación y BarcelonaBeta Brain Resarch Center (BBRC) se centran en la investigación para la prevención de la enfermedad. “No tenemos ninguna vacuna contra la enfermedad, pero sabemos que actuando sobre los factores de riesgo modificables, el riesgo individual de cada persona disminuye, cosa que si lo trasladamos a nivel poblacional hay indicios que dicen que si consiguiéramos retrasar la demencia en cinco años, es decir la fase sintomática, el número de casos a nivel mundial se podría ver reducido entre un tercio y la mitad”, remacha. Toda una esperanza responsable frente al olvido.