Donostia - Todavía con los coletazos en caliente de la detención por una violación en Beasain, la Ertzaintza informó ayer de que está investigando otra presunta agresión sexual acaecida el jueves en el barrio donostiarra de El Antiguo, tras la denuncia interpuesta por una mujer, según informaron el Departamento vasco de Seguridad y el Consistorio donostiarra.

Por este motivo, el Ayuntamiento aprobó una declaración institucional de condena y convocó para hoy al mediodía una concentración de repulsa en Alderdi Eder.

En la declaración, los partidos políticos con representación municipal muestran su más rotunda condena “de la agresión sufrida por nuestra vecina, en un nuevo episodio de violencia machista ocurrido en nuestra ciudad”.

Asimismo, se traslada apoyo y solidaridad con la víctima de esta “lamentable agresión, así como a sus familiares y entorno cercano” y se ponen a su disposición “los servicios de atención y apoyo jurídico, social y psicológico, así como cuanta ayuda pueda necesitar”.

“Este tipo de agresiones no son sino la expresión más despreciable de la violencia machista y de las actitudes de desigualdad de género que aún imperan en nuestra sociedad y contra la que este Consistorio se opone de manera contundente. Es necesario seguir trabajando en la educación en valores y en la igualdad entre hombres y mujeres, y es necesario asimismo insistir en que hay que actuar día a día en los factores que inducen este tipo de actitudes”, añade. Disposición judicial Y mientras en Donostia tienen que hacer frente a una nueva agresión sexual, en Beasain y alrededores respiran tranquilos por la detención del presunto violador de una joven de 21 años, que probablemente pasará hoy a disposición judicial, según fuentes del Departamento de Seguridad.

El agresor -que podría estar implicado en otras cinco violaciones ocurridas en Gipuzkoa desde 2012- vive en Ordizia, tiene 34 años y trabajaba en un taller de Lazkao, municipio donde fue arrestado el pasado viernes. Se da la circunstancia de que la víctima -de origen rumano como su presunto violador- también trabajaba en un obrador de la misma localidad goierritarra.

Todo parece indicar que el hombre la conocía, sabía cuáles eran sus hábitos y la acechaba, hasta tal punto que el sábado 13 la esperó de madrugada en el portal, a sabiendas de que tenía que ir a trabajar a la panadería. Fue en ese momento cuando la agredió y le arrojó un producto que la dejó inconsciente, de modo que el hombre pudo llevarla de nuevo hasta la vivienda y perpetrar la agresión.

Además, el detenido probablemente sabría que ella estaba sola porque sus familiares se habían ido de vacaciones.

Parece ser que también habría vínculos laborales entre el agresor y el entorno familiar de la víctima.

Aunque la Ertzaintza no ha facilitado más datos sobre este caso, el arrestado puede estar vinculado con otros casos de agresión, perpetrados también de manera nocturna, con mujeres que se desplazaban, en algunos casos, solas de un municipio donde habrían disfrutado de las fiestas al lugar donde residían. - N.G./E. Press