DONOSTIA - “Si las plantas se extinguen, se acaba todo”, es la rotunda advertencia lanzada ayer por el prestigioso botánico estadounidense William Friedman, para el que los vegetales son la forma de vida “más importante” del planeta. Friedman hizo esta reflexión en una entrevista concedida en el marco del festival científico Passion for Knowledge (P4K) que se celebra estos días en Euskadi con la participación de siete premios Nobel, entre otros prestigiosos científicos.

“Aunque es muy triste que se pierdan especies de animales, desde el punto de vista del planeta resulta insignificante, lo más importante son las plantas porque si ellas se extinguen se acaba todo”, opinó. No obstante, el botánico estadounidense, internacionalmente reconocido por sus investigaciones sobre la historia evolutiva de las plantas con semillas, se mostró optimista respecto al futuro de los vegetales en el planeta. “De lo que sí estoy seguro es que en un millón de años habrá plantas. Incluso si hay radiación nuclear las plantas van a estar. Lo que no sé es si nosotros estaremos aquí o no”, sentenció.

Para describir la importancia de estos seres vivos, Friedman recordó que hace 5.500 millones de años la atmósfera terrestre carecía de oxígeno y que fueron unas pequeñas cyanobacterias capaces de hacer la fotosíntesis las que empezaron a introducir este elemento en el aire. “Después, hace relativamente muy poco, hace 470 millones de años, las plantas colonizaron la tierra y en ese momento lo cambiaron todo”, explicó el científico, porque, además de modificar la atmósfera, sirvieron de “comida” a los animales que luego colonizaron el medio terrestre. “Eso fue posible porque había plantas que -mediante la fotosíntesis- eran capaces de tomar la energía del sol, retenerla y convertirse en comida para que los animales pudieran seguir evolucionando en la Tierra”, recalcó Friedman, convencido de que sin los vegetales “no estaríamos aquí y sin ellos no estaremos aquí”.

Por este motivo, considera que los humanos “deberíamos aprender de la historia y darnos cuenta de que destruir plantas y los ecosistemas puede llevarnos a un mundo que finalmente sea inhabitable para nosotros mismos”. En este punto, puso el foco sobre la situación de emergencia climática y los incendios que recientemente han arrasado importantes masas forestales en distintos puntos del planeta como la Amazonia o Siberia, una “tragedia” que puede estar acabando con ecosistemas “muy frágiles”.

Bancos de semillas “Si dejásemos de destruir las selvas, necesitaríamos plantar menos árboles”, señaló el experto, quien destacó además la labor de las plantas como forma de capturar el exceso del CO2 de la atmósfera. “El 80% del carbono que hay en el planeta está en las plantas, así que su impacto es enorme”, insistió. Así, se mostró “partidario” del uso de bancos de semillas para “preservar la biodiversidad” y porque además pueden constituir una reserva de soluciones para dar de comer a la humanidad en caso de que surjan problemas con algunos de los “monocultivos intensivos” que explotamos industrialmente.

Friedman indicó asimismo que, aunque pensamos que hemos “domesticado” a las plantas para nuestro consumo, también resulta cierto que en cierta medida ellas nos han cambiado a nosotros a lo largo de la historia. “La historia de que nosotros hemos transformado al mundo y lo dominamos por completo es totalmente errónea. En realidad el mundo nos está transformando a nosotros continuamente y si no nos andamos con ojo y seguimos manteniendo esta forma de pensar podemos acabar perdiéndolo todo”, advirtió el premio Nobel. - Carlos López