pamplona - La Universidad Pública de Navarra (UPNA) acogió ayer la primera Jornada sobre Trabajo Social y personas mayores, una iniciativa que surgió en colaboración con el Colegio Oficial de Trabajo Social de Navarra, la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología, y el Departamento de Sociología y Trabajo Social de la propia UPNA con el objetivo de visibilizar y poner en valor la labor del trabajador social en el ámbito de las personas mayores, que concretamente desempeñan 225 profesionales en Navarra -a abril de 2019-. Esta primera edición, que registró cerca de 80 inscritos, contó con la presencia y la participación de Camino Oslé, trabajadora social y profesora jubilada de la UPNA; Begoña Pérez Eransus, vicerrectora de Proyección Universitaria, Cultura y Divulgación de la UPNA; Francisco Úriz Otano, presidente de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología; Lorea Urabayen Latorre, presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales de Navarra; Juan Mª Sánchez-Prieto, director del I-COMMUNITAS y del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPNA; María Cristina Lopes Dos Santos, trabajadora social y directora del Centro de Servicios Sociales del Área de Estella de Gobierno de Navarra y profesora asociada de la UPNA; y Sagrario Anaut Bravo, titular de Universidad del Dpt. Sociología y Trabajo Social de la UPNA.

Durante la apertura de la jornada, todos los ponentes coincidieron en que el aumento de la esperanza de vida representa uno de los mayores retos sociales a los que nos enfrentamos. Así, a pesar de que la mayor longevidad de la vida pueda considerarse como un éxito de la salud pública, Úriz valoró que también constituye “un reto y una oportunidad para la sociedad, que debe aprender de ello para procurar el máximo estado de salud, la capacidad personal de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad”. En su opinión, el reto actual no solo debe contemplar atender el daño o la discapacidad, sino detectar y tratar la fragilidad de manera multidisciplinar. En este campo, apuntó Úriz, “la parte social tiene que estar muy presente, sobre todo en la promoción del envejecimiento activo”, que no contempla solo la ausencia de enfermedades, sino que se supone “el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar de nuestros mayores”.

14.000 personas dependientes Actualmente, cerca del 20% de la población navarra es mayor de 65 años y, de esos, el 13% presenta algún grado de dependencia o discapacidad -cerca de 14.000 personas-. Úriz apuntó que en la Comunidad Foral, desde los 65 hasta los 80 años, “la mayor parte vivimos de una manera aceptable dentro del bienestar”, pero, asimismo, subrayó que “no se nos tiene que olvidar que durante seis años viviremos con la ayuda y asistencia de terceros”. En la misma línea, Pérez señaló este índice elevado de envejecimiento ha derivado en la sobrecarga del cuidador, “una figura a extinguir porque las familias son cada vez más pequeñas y la mayor parte de las mujeres ya nos hemos incorporado a mundo laboral -la figura del cuidador esta representada en la actualidad por un perfil que corresponde a una mujer de entre 50 y 65 años-”. Frente a la sobrecarga que sufren quienes cuidan a sus familiares dependientes, Pérez creyó que el camino a seguir pasa por “generar redes de apoyo con recursos públicos para la atención domiciliaria antes de llegar al último recurso que sería el ingreso en las residencias”.

Para finalizar la jornada, los organizadores propusieron cuatro talleres simultáneos que versaron sobre el recorrido del papel del trabajador social. Las conclusiones extraídas de la iniciativa se pondrán en común para publicar un monográfico en la revista de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología.

Convenio. La propuesta de esta Jornada parte del Convenio firmado entre el Colegio Profesional de Trabajo Social de Navarra y la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología en el que se incluye, entre sus objetivos, la creación de un Foro desde el que iniciar un trabajo en Red. Busca un encuentro “lo más abierto posible, que permita delimitaciones conceptuales, mostrar y completar el mapa de la distribución de profesionales del Trabajo Social en los distintos campos de la atención de las personas mayores”.

13%

Cerca del 20% de la población de la Comunidad Foral es mayor de 65 años y, de esos, el 13% presenta algún grado de dependencia o discapacidad.