2.071 presos que están clasificados en tercer grado o régimen abierto cumplen su condena en casa controlados por una pulsera telemática o por teléfono tras el decreto de estado de alarma por el coronavirus y las restricciones de salidas y entradas en prisión.

Son datos de Instituciones Penitenciarias a los que ha tenido acceso Efe y que responden únicamente a internos que estaban en Centros de Inserción Social (CIS) o en las Secciones Abiertas de los centros penitenciarios, es decir, solo los ya clasificados en tercer grado o semilibertad.

A los 2.071 nuevos reclusos que cumplen su pena en casa bajo controles telemáticos se suman 2.690 internos que ya tenían esta situación antes del estado de alarma, por lo que en la actualidad hay 4.761 presos en domicilio.

Fue el pasado día 18 cuando la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias remitió a las prisiones dependientes de la administración central - todas, salvo las de Cataluña- las medidas adicionales que las juntas de tratamiento podían adoptar tras las restricciones que se habían impuesto en relación a las visitas.

Según esa instrucción, cada junta de tratamiento podría estudiar caso por caso y decidir si el preso en tercer grado cumplía su condena en su casa pero controlado con una pulsera telemática o, en caso de no haberla, con llamadas telefónicas aleatorias.

Esta decisión no afecta a los presos que tienen aplicado el artículo 100.2 del reglamento penitenciario y que están en régimen ordinario, es decir aquellos que actualmente permanecen día y noche en la cárcel y que antes del confinamiento salían a trabajos o hacer voluntariado.

Fuentes penitenciarias recalcan a Efe que no se trata de poner en libertad a ningún recluso, sino de facilitar, siempre que así lo acuerde la Junta de Tratamiento del CIS, que pueda cumplir su régimen de semilibertad en casa y controlado.