Investigadores de la Clínica Universidad de Navarra y de su Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) han identificado un biomarcador que predice el pronóstico de los pacientes con cáncer avanzado tratados mediante inmunoterapia.

El trabajo, realizado en colaboración con Kurt Schalper, de la Universidad de Yale (EEUU) y la compañía farmacéutica Bristol Myers Squibb (BMS), se ha publicado en el último número de la revista científica Nature Medicine.

Se trata de un estudio retrospectivo realizado en muestras de 1.344 pacientes con cáncer avanzado de pulmón, riñón y melanoma.

Los pacientes, que participaron en cuatro ensayos clínicos fase III en los que se habían recogido muestras de suero y tejido tumoral, recibieron un tratamiento de inmunoterapia (nivolumab) o una combinación de dos fármacos inmunoterápicos (nivolumab e ipilimumab).

Y según indica Ignacio Melero, investigador senior del CIMA y codirector del departamento de Inmunología de la Clínica, el trabajo ha demostrado que los niveles elevados de una sustancia del sistema inmune (la citoquina IL-8) genera un microambiente tumoral refractario a la inmunoterapia y por tanto desfavorable para el paciente.

"Como consecuencia, los pacientes con IL-8 elevada no responden al tratamiento y su evolución es peor. Por lo tanto, IL-8 se presenta como un biomarcador muy útil para orientar un tratamiento preciso y más adecuado a cada paciente", apunta.

Y Miguel Fernández de Sanmamed, coautor del trabajo, añade que "la IL-8 es capaz de atraer abundantemente un tipo de leucocitos al tumor que son capaces de interferir con la respuesta inmune beneficiosa para el paciente", por lo que un ensayo clínico internacional investiga el bloqueo de la IL-8 con un anticuerpo monoclonal (HumaxIL-8) para "restaurar la capacidad de respuesta a inmunoterapia".

Para conocer los mecanismos implicados en la falta de respuesta a la inmunoterapia los investigadores analizaron el papel de los neutrófilos (el tipo de glóbulos blanco más abundante en la sangre) y, precisa, "comprobamos que los casos con peor evolución post-tratamiento muestran una expresión elevada de IL-8 y una gran abundancia de neutrófilos dentro del tejido tumoral".

En paralelo, realizaron un trabajo experimental en modelos animales para confirmar el papel de los neutrófilos a la hora de interferir la inmunidad frente al cáncer y definir los mecanismos implicados.

"En este segundo estudio hemos comprobado que las células tumorales, a través de su producción de IL-8, pueden provocar la aparición de redes extracelulares de neutrófilos (NETs), de forma que protegen como un escudo a las células malignas frente a los mecanismos antitumorales del sistema inmune", señala Melero.

El investigador agrega que han podido analizar por primera vez estos fenómenos mediante microscopia intravital y eso les ha permitido observar la formación de NETs en tumores implantados en ratones.

Este estudio, publicado en la revista científica Immunity, se ha realizado en modelos animales de cáncer colorrectal, de melanoma y con metástasis de cáncer de mama, y descubre que la inhibición de NETs en el tejido tumoral mejora sinérgicamente el beneficio de la inmunoterapia.

Unos resultados que abogan de nuevo en favor del bloqueo de IL-8 para mejorar el tratamiento con inmunoterapia.

Estos estudios, realizados en el marco del Centro de Cáncer (CIBERONC), han contado con la financiación de la Fundación "la Caixa", entre otras instituciones públicas y privadas.