- La medida anunciada ayer por el consejero José Mari Aierdi, por la que las VPO lo serán de forma indefinida, se enmarca dentro del cambio del modelo de vivienda que ya el anterior Gobierno emprendió y tras lo ocurrido con el caso de Testa Residencial, un fondo buitre que compró varias viviendas en barrios de Pamplona que habían perdido la calificación de VPO y que amenazó a casi 400 familias, ante la posibilidad de que una subida de los precios les dejase sin su hogar. No obstante, El Gobierno foral ha conseguido llegar a un acuerdo con Testa para que las viviendas sigan en régimen protegido durante siete años con un precio límite de alquiler y con acceso al mismo porcentaje de subvención que hasta ahora, consiguiendo que esas familias puedan seguir viviendo en sus hogares.

Pero el problema, aunque surge ahora, se remonta 20 años atrás, cuando a finales de los 90 se promovieron casi un millar de VPO con un modelo que, tal y como recordó ayer Aierdi, dejaba la promoción de vivienda protegida en manos privadas. Así, la política de vivienda durante las legislaturas de UPN consistió en vender VPO y conceder a una promotora privada subvenciones públicas para construir viviendas de alquiler protegido, y que después se aseguraba el cobro de las rentas por medio de más subvenciones durante 20 años de vigencia del régimen de protección. Al cabo de ese período, remataba el negocio con la posibilidad de venderlas como viviendas libres.

Transcurridos esos 20 años, se llega a la actualidad con cientos de familias desamparadas, que ven cómo sus viviendas han pasado a ser libres y quedan en manos de fondos de inversión que quieren rentabilizar el negocio exigiendo rentas de arrendamiento a precio de mercado. En este contexto aparece Testa Residencial, que compró varias de estas viviendas en barrios de Pamplona, después de que estuviesen en manos de promotoras privadas, para pasar después a nombre de bancos (Santander y BBVA, entre otros) y terminar siendo adquiridos por SOCIMI (sociedades que invierten en activos inmobiliarios), en este caso controladas por el fondo buitre estadounidense Blackstone.

Testa es propietaria de 8 promociones con 459 viviendas protegidas en Navarra y hasta ahora prorrogaba el régimen de protección de las viviendas sin problemas, pero su cambio de política coincidió con la creación de Testa Home, tras culminarse la adquisición de Testa por parte de Blackstone, a través de su sociedad Tropic Real Estate Holding, que ahora se encarga de gestionar unas 20.000 viviendas en alquiler en el Estado repartidas en las distintas sociedades participadas y controladas por el fondo estadounidense.

Con la llegada de las fuerzas progresistas al Gobierno en el año 2015 se produjo un cambio en el modelo de vivienda, alejando a esta del negocio privado y de la especulación. En aquel año, ese viraje de la política de vivienda se tradujo en la rebaja del precio del módulo de la VPO, en el mantenimiento de la desgravación fiscal por vivienda protegida en las rentas bajas y en un incremento de la oferta del alquiler social. Asimismo, se pasó de no promover ninguna vivienda pública en la legislatura de 2011 a 2015, a las 524 puestas en marcha desde ese último año hasta ahora.