Errores de los controladores aéreos del centro de tránsito de Madrid en las instrucciones que transmitieron a los pilotos fue la causa que provocó el incidente ocurrido el 2 de octubre de 2018 en el que dos aviones de la compañía Ryanair estuvieron a punto de colisionar sobre Navarra, a unos 30 kilómetros al este de Pamplona. Es la principal conclusión de la investigación llevada a cabo por Aviación Civil sobre el percance que fue advertido por un controlador francés desde Burdeos, que alertó del evento a sus colegas españoles.

El informe técnico confeccionado por la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil), hecho público esta semana en la web del citado organismo, se refiere a los hechos ocurridos el pasado 2 de octubre, pocos minutos antes de las 15.00 horas. Dos aeronaves (Boeing 737-800) que realizaban las rutas de Santiago-Mallorca (178 pasajeros y 6 miembros de la tripulación) y Sevilla-Toulouse (154 pasajeros y 6 miembros de la tripulación) se situaron a 4,2 kilómetros de distancia en horizontal y 101 metros de distancia vertical, a unos 10 kilómetros de altura sobre el suelo de Navarra, en la vertical de Aibar.

La gestión del tráfico aéreo en este caso se realizaba desde el centro que Enaire tiene en Torrejón de Ardoz, en Madrid, donde diferentes controladores supervisan el tránsito de los aviones de forma sectorizada. En este caso, la investigación señala que el avión que se dirigía a Francia fue transferido por el controlador de la región PAL (Pamplona) al controlador aéreo encargado de la región ZGZ (Zaragoza) en la que estaba a punto de entrar y lo hizo "antes de tiempo", según recoge el informe confeccionado por la CIAIC. Además, a esta circunstancia se añadió el relevo entre controladores, ya que el que acababa de transferir el vuelo dejaba el puesto a otro compañero.

Por su parte, el segundo avión con destino en Palma de Mallorca había quedado bajo la supervisión del trabajador que acaba de incorporarse al turno. Así, ambos aviones volaban a la misma altura y sus trayectorias estaban a punto de cruzarse sin que nadie se percatase. El informe apunta que uno de los controladores aseguró que "el sistema automático de detección de aproximaciones peligrosas no avisó", y los informes "no detectaron ninguna anomalía técnica".

DETECCIÓN DEL CONFLICTO Un minuto y 27 segundos antes del conflicto, a las 14.53 horas, un controlador de Burdeos que vigilaba los vuelos próximos a su posición cuando la cercana trayectoria de ambos aviones se percató de lo que estaba sucediendo y telefonea rápidamente a sus compañeros españoles para alertarles sobre "el conflicto potencial al que se enfrentan los dos aviones de Ryanair". En ese momento se sucedieron las comunicaciones entre los controladores aéreos implicados, así como con los pilotos, que la investigación afirma que "no son lo suficientemente claros y concisos".

A pesar del aviso llegado desde Francia, la gestión realizada por los controladores que supervisaban los sectores por los que circulaban los dos aviones no evitó que estos mantuvieran su trayectoria convergente. El mecanismo automático del Sistema de Alerta de Tráfico y Evasión de Colisión con el que están equipadas las aeronaves avisó a uno de los pilotos, que pudo modificar la posición del avión cuando se situaba a solo 32 kilómetros de Pamplona, lo que hizo que variase su posición.

GESTIÓN ERRÓNEA Según el informe de Aviación Civil, "los controladores cometieron errores al transferirse entre sí los vuelos, y asevera que la causa del incidente fue la no identificación del conflicto por parte del control del sector PAL (Pamplona) y la posterior transferencia de aeronave que se dirigía a Toulouse al sector de ZGZ (Zaragoza) sin estar libre de conflicto. Como "factor contribuyente", añade el informe, se apunta a la inadecuada gestión del conflicto por parte de los controladores de ambos sectores, que emitieron "instrucciones a las dos aeronaves en el mismo sentido, en contra de lo acordado previamente".

La investigación de la CIAIAC insta a Enaire, ente que gestiona el tráfico aéreo en España, que los trabajadores utilicen "fraseología normalizada" y concisa con el fin de evitar solapamientos en las comunicaciones. Asimismo, recuerda que "no se debe realizar la transferencia de aeronaves de un controlador a otro son la certeza de que no están implicadas en un potencial conflicto", porque puede desencadenar un evento crítico como el ocurrido en el cielo de Navarra.