La crisis de la covid ha impactado de lleno en los programas de movilidad internacional que organizan las universidades presenciales navarras. El efecto ha sido mayor entre el alumnado extranjero que viene a estudiar a la Comunidad Foral que entre el que sale. Los datos son provisionales, ya que los estudiantes inscritos en el segundo semestre están pendientes de la situación sanitario, pero reflejan el desplome. En la Universidad de Navarra, en 2019-20 se recibieron 646 alumnos de intercambio y este primer semestre han venido 94, mientras que la UPNA suele acoger unos 300 estudiantes extranjeros, y en este semestre de otoño han llegado 40. Este alumnado incoming de ambos centros son casi todos europeos. En lo que respecta al alumnado de estas universidades que participa en programas de movilidad, en la pública de los casi 500 previstos antes de la pandemia se estima que participen 336 mientras que en la privada el año pasado salieron 531 y la previsión es que esa cifra se reduzca a más de la mitad (237).

Ambas universidades han apostado por mantener los intercambios en ambas direcciones, siempre y cuando las autoridades sanitarias y las universidades socias lo permitan. "Estamos contentos de haber podido mantener al menos parte de la actividad. Nos ha servido también para darnos cuenta de la importancia de nuestro entorno natural, Europa, donde todo es más sencillo y más sólido, incluso en estos tiempos. Nos ha quedado aún más claro que es importante mantener una visión global de la internacionalización, pero siempre sobre la base de una fuerte red de colaboración dentro de la Unión Europea", asegura el vicerrector de Internacionalización de la UPNA, Jorge Elso.

En los últimos años, esta universidad ha recibido a cerca de 300 alumnos de intercambio por curso. "De ellos, lo habitual es que en otoño se reciban unos 140, de los cuales alrededor de 60 proceden de destinos no europeos, como EEUU, China, Australia o México. Ese grupo prácticamente ha desaparecido este año, pues son los que más dificultades afrontan para venir. El resto son los estudiantes Erasmus, que se han reducido a la mitad de los habituales, con una importante presencia de alumnos franceses (algo quizá motivado por la proximidad geográfica)", expone Elso. En cuanto a los estudiantes internacionales previstos para el semestre de primavera, la UPNA ha recibido 58 nominaciones, de las cuales 46 son estudiantes que habían pospuesto su movilidad. "El plazo no se cierra hasta el 16 de noviembre, por lo que es difícil predecir cuál será la cifra final. Dependerá mucho de la evolución de la situación", apunta el vicerrector. Respecto a los estudiantes de la UPNA que se inscriben para vivir una experiencia internacional, el impacto ha sido significativo, aunque por el momento menor. "Antes de la covid estábamos acercándonos a la cifra de 500 estudiantes, y a día de hoy, solo 336 permanecen en algún programa de movilidad. En el primer semestre, lo habitual era enviar unos 300 estudiantes fuera, y este año solo ha sido posible hacerlo con 135, de nuevo mayoritariamente a Europa. Para el segundo semestre, de nuevo tenemos más tranquilidad respecto al entorno europeo, y estamos más atentos a la evolución de la situación en el resto de destinos", expone Elso.

PANORAMA DE LA UN En la Universidad de Navarra la situación es similar. De las universidades social, según explican desde este centro académico, "más del 60% ha cancelado el intercambio o ha cambiado la docencia a formato on line o híbrida. Dada la situación, los datos, puntualizan, varían constantemente tanto para movilidades del primer semestre como del segundo". A nivel global, tan sólo en la Facultad de Enfermería "se han cancelado todos los intercambios de entrada y salida por no poder asegurar el tema de las prácticas". El impacto ha sido muy potente entre el alumnado incoming, el que viene a estudiar a la UN y que el pasado curso se cifró en 646 personas." Actualmente hay en la Universidad de Navarra 94 estudiantes de intercambio, prácticamente todos europeos. Respecto al 2º semestre, teníamos unos 50 alumnos que cambiaron su solicitud del primer semestre al segundo, pero algunos ya han decidido que tampoco podrán venir. El resto (nuevas entradas para el segundo semestre), estamos en el proceso de solicitud de admisión y seguimos recibiendo mensajes de las universidades socias diciendo que cancelan movilidades en ambos sentidos", explican fuentes del centro académico.

En cuanto al alumnado de la UN que participa en programas de movilidad internacional se ha reducido a más de la mitad: en 2019-20 salieron a cursar parte de sus estudios al extranjero 531 alumnos y este curso están previstos 237. En el primer semestre hay 125 alumnos (110 Erasmus y 15 fuera del entorno Erasmus (Europa menos Suiza). En el 2º semestre están previstos 112 intercambios (76 erasmus (Europa menos Suiza) y 36 fuera del entorno Erasmus", explican desde el centro académico, que insiste en que son datos "muy provisionales" porque se siguen recibiendo cancelaciones o cambios a movilidad virtual a diario.

CAMBIO DE DESTINO O FECHA ¿Qué pasa con los estudiantes que tenían plaza y no van a poder vivir esta experiencia? En la UN, en algunos casos se ha trasladado su intercambio al segundo semestre, en otros, se ha podido cambiar a otro destino con más posibilidades de que el intercambio se mantuviera (generalmente, dentro de la UE), y dependiendo del curso en el que se encuentren algunos podrán optar en 2021-22. "Otros, lamentablemente, ya no podrán hacerlo al encontrarse en último curso o darse diversos motivos. Para muchos de ellos es una gran decepción el quedarse sin su estancia de intercambio", señalan fuentes de la UN, que recuerdan que existen alternativas de internacionalización on campus o actividades extracurriculares que les permitan enriquecer su currículo. En la UPNA también han reubicado a algunos estudiantes en el segundo semestre "esperando que la situación mejore". Ahora bien, aquellos que no consigan ir este año no tendrán prioridad de cara al próximo curso. "Estos programas llevan un proceso organizativo muy complejo y las plazas se analizan cada año", explica Elso, que añade que "si algún estudiante se ha quedado sin la posibilidad de participar en un programa de movilidad quizá tenga la opción de cursar unas prácticas Erasmus extracurriculares u otras opciones de internacionalización más a la carta".