Las personas sordas y con problemas de audición en Navarra se muestran "cansadas" por la falta de accesibilidad a servicios básicos y de emergencias.Este colectivo, de unas 15.000 personas en Navarra, de las que unas 500 utilizan la Lengua de Signos (LSE) para su comunicación, denuncia las trabas de accesibilidad a cuestiones administrativas, educativas e incluso sanitarias.

"Están llamando a personas por teléfono para citarlas y, lógicamente, no cogen el teléfono", ha advertido Sofía de Esteban, presidenta de la Asociación de Personas Sordas de Navarra (ASORNA).

Lo hace al hilo de la última denuncia de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), que ha informado de que los servicios de emergencia 112 no son accesibles para personas sordas salvo en dos autonomías: Extremadura y Galicia.

Una realidad que, tal como denunciaron desde la CNSE, ha llevado a España y a las autonomías a tener un proceso de infracción abierto por parte de Europa por no ejecutar "de manera efectiva" las obligaciones de accesibilidad y acceso en igualdad de condiciones al servicio de emergencia.

De Esteban ha apuntado a Efe que las personas con discapaciad auditiva tienen "muy diferentes capacidades" y utilizan "lenguas distintas" tanto en lengua de signos como oral y escrita "y todo ello de modos muy distintos, siendo todas personas sordas".

En Navarra, las personas sordas o con dificultades tienen una adaptación del servicio 112 a través de SMS. En este servicio, la B es bombero, la P es policía y la M médico y, al contactar, "automáticamente viene un servicio" pero eso "no supone estar en igualdad en condiciones con el resto de ciudadanos".

Ha denunciado que, "mientras otra persona puede explicar qué está ocurriendo, una persona sorda no", y necesitan expresarse de igual manera. Ha considerado que estas medidas son "apañar y salvar situaciones, pero salvar situaciones no es vivir en igualdad de condiciones", algo a lo que están obligados por la Ley 27/2007 de accesibilidad o la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Además, con la pandemia de la covid-19 "las barreras se han multiplicado y no se ha dado ese trato especial, digamos, o integración de la que se habla". Esta integración "no existe ni se están adaptando los servicios para garantizarnos una normalidad", ha expresado la presidenta de Asorna.

La pandemia llevó a que la información institucional fuera más rápida, para dar a conocer los detalles de restricciones y nuevas medidas. Ante esa situación, "se ofreció al Gobierno hacerlo en LSE y no nos hicieron ni caso", ha dicho De Esteban.

Así, las intérpretes de Asorna "con las condiciones en que podían" interpretaban "sábados y domingos, a pesar de que contamos con intérprete de lunes a viernes, pero lo importante era que la información llegara".

Además, hacían resúmenes informativos en los que destacaban lo más importante, porque existen "personas sordas que además tienen determinados problemas de comprensión o dificultades y no todos podían seguir la rueda de prensa y comprender la información". Para ellos, hacían noticias importantes explicadas de manera sencilla.

La adaptación posterior de todos los servicios públicos al ámbito telefónico "fue un desastre", ha resumido la presidenta. "Era un problema más", ha agregado, que "anulaba absolutamente", porque algunas de las soluciones que les planteaban era "acudir o hacer los trámites a través de algún familiar, cuando el trámite deberíamos poder hacerlo nosotros".

Ha señalado que, aunque entienden que al principio "había mucho agobio" ante una situación extraordinaria, "a día de hoy se sigue igual, todo sigue siendo telefónico". El papel de Asorna ha sido "contactar con representantes políticos" durante todo este año, pero se ha recibido "muy, muy poca respuesta". En septiembre se interpuso una reclamación ante el Defensor del Pueblo de Navarra y "ante todos los departamentos del Gobierno de Navarra".

El Gobierno de Navarra, ha comentado, "puede no tener la capacidad de entender cómo atender a las personas sordas, pero para eso estamos nosotras aquí". "Ojalá nos pidieran desde la administración pública asesoramiento para hacer todo accesible, pero no", ha añadido.

Uno de los casos más extremos, ha considerado, es "pedir a las personas sordas que utilicen a sus familiares para acceder a la información". Incluso, ha subrayado, ha ocurrido con menores oyentes cuyos padres son sordos y se les ha pedido en servicios públicos "que le cuenten a sus padres lo que les relataba un médico, en el colegio..."

Ante ello, ha abundado en que la LSE es una "lengua de una minoría, no una herramienta" y, como tal, se pide que sea así considerada. Además, se trata de un colectivo en el que, a esas 15.000 personas sordas, se les une "personas mayores con pérdida de audición", que no están contabilizadas y que también presentan problemas para acceder a la información.

Con el uso de mascarillas, ha reconocido que "sufrimos con las barreras, con que no nos permitan acceder a nada y se nos anule". La mascarilla "es un pequeño añadido" al conjunto de barreras que las personas sordas encuentran en su día a día.

Entre estos problemas, ha mencionado el aforo limitado: "Nos decían que podía ir solo una persona, sin intérprete" a un servicio público "incluso riñendo a la intérprete por intentar acceder, y esto ha pasado en una administración pública".

Por último, Sofía de Esteban ha denunciado que las intérpretes no sean consideradas ahora esenciales "y puedan acceder a vacunación". Durante los confinamientos, asociaciones como Asorna sí fueron consideradas setores esenciales y pudieron seguir trabajando, pero ahora esta consideración no se traslada a las listas de vacunación.

Ha destacado que estas intérpretes "van a centros sanitarios con los usuarios" y, en casos más extremos, trabajan con personas sordociegas, "cuya única manera de expresarse es a través del tacto, luego no hay distancia que valga".

En cuanto a sus usuarios, que se suman a otras personas con otras discapacidades, la citación para recibir la vacuna de la covid-19 es complicada: "No hay forma de conseguir cita para explicar cómo podríamos adaptar este proceso de citación".

Ellas, a través de una de las trabajadoras, han conseguido entrar en contacto con otro trabajador del Departamento de Salud, a quien contactaron con anterioridad, pero no recibieron ninguna respuesta.

A través de la intermediación de esta trabajadora, se ha podido hablar con responsables de la vacunación para adaptar el proceso de contacto. De Esteban cree que ahora "sí se está enviando un correo electrónico, pero, si no se responde en un plazo, te llaman por teléfono". "¿Y si me llaman qué hago", ha señalado. Lo que hacen desde la asociación es "buscarse la vida".

Por último, ha pedido un esfuerzo a la sociedad "de adaptación". "Nosotros no podemos adaptarnos a un teléfono. Ojalá pudiéramos, pero sí la tiene tanto la sociedad como la administración y deben hacer ese esfuerzo". De no hacerse, ha añadido, "nos están anulando".