El entrenamiento musical a largo plazo puede mitigar el declive en la percepción del habla relacionado con la edad al mejorar la reserva cognitiva, según un estudio conjunto de la Academia Baycrest para la Investigación y la Educación (Canadá) y de la Academia China de Ciencias (China).
Tal y como se publica en 'PLOS Biology', el envejecimiento normal suele asociarse con un deterioro de las funciones sensoriales y cognitivas. Estos cambios en la percepción y la cognición relacionados con la edad suelen ir acompañados de un aumento de la actividad neuronal y la conectividad funcional (la dependencia estadística de la actividad entre diferentes regiones cerebrales) en redes neuronales ampliamente distribuidas. Se cree que el aumento de la actividad neuronal y el fortalecimiento de la conectividad funcional reflejan una estrategia compensatoria empleada por los adultos mayores para mantener un rendimiento cognitivo óptimo.
Las opciones de estilo de vida positivas, como la formación musical, una educación superior y el bilingüismo, contribuyen a la reserva cognitiva y cerebral, que representa la acumulación de recursos cognitivos y neuronales antes de la aparición de los cambios cerebrales relacionados con la edad. La Teoría de la Reserva Cognitiva sugiere que esta reserva, acumulada mediante la experiencia y el entrenamiento, puede ayudar a mitigar el impacto del deterioro cerebral relacionado con la edad, lo que resulta en un rendimiento cognitivo superior al esperado. Sin embargo, la forma en que las reservas acumuladas, influenciadas por factores de estilo de vida positivos, afectan la actividad neuronal en las poblaciones mayores sigue siendo controvertida.
Para investigar esta cuestión, los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf) para medir la actividad cerebral en 25 músicos mayores, 25 no músicos mayores y 24 jóvenes no músicos, a quienes se les pidió que identificaran sílabas enmascaradas por ruidos. Los investigadores centraron su análisis en las respuestas neuronales dentro del flujo auditivo dorsal, que incluye las áreas auditivas, parietal inferior, motora frontal dorsal y motora frontal, lo que facilita el mapeo de sonido a acción y la integración sensoriomotora durante el procesamiento del habla.
Como se predijo, los resultados revelaron una reducción de las disminuciones relacionadas con la edad en el rendimiento del habla en ruido entre los músicos mayores en comparación con los no músicos mayores. Durante la percepción del habla en ruido, los no músicos mayores mostraron el aumento compensatorio típico relacionado con la edad en la conectividad funcional en las corrientes auditivas dorsales bilateralmente (es decir, en ambos hemisferios del cerebro). Por el contrario, los músicos mayores exhibieron un patrón de conectividad en las corrientes auditivas dorsales bilaterales que se asemejaba a los no músicos jóvenes, con una fuerza de conectividad en la corriente dorsal derecha correlacionada con la percepción del habla en ruido. Además, los músicos mayores exhibieron un patrón espacial más similar al de la juventud de conectividad funcional durante la tarea, mientras que los no músicos mayores mostraron consistentemente un patrón espacial que se desviaba del de los no músicos jóvenes.
En conjunto, estos hallazgos respaldan la hipótesis de la "regulación positiva retardada", que postula que la reserva cognitiva derivada del entrenamiento musical promueve un patrón de conectividad funcional más juvenil, lo que resulta en mejores resultados conductuales. Más allá de simplemente compensar el deterioro relacionado con la edad, la reserva cognitiva podría actuar manteniendo la integridad y la arquitectura funcional de las redes neuronales, mitigando así los efectos adversos del envejecimiento en el rendimiento cognitivo. Sin embargo, debido al diseño del estudio, no fue posible determinar relaciones causales entre el entrenamiento musical y el rendimiento en la tarea de percepción.
Según los autores, estudios futuros deberían profundizar en la hipótesis de la "regulación positiva de contención" mediante diferentes tareas cognitivas, como las de memoria y atención, e investigar otras fuentes de reserva, como el ejercicio físico y el bilingüismo. Con el tiempo, estos hallazgos podrían fundamentar intervenciones dirigidas a preservar la función cognitiva y mejorar los resultados comunicativos en poblaciones mayores.