La variante B.1.617.2 del coronavirus, inicialmente conocida como india por su origen en el subcontinente asiático y rebautizada después como delta, se ha convertido en la máxima fuente de preocupación para las autoridades sanitarias en esta fase de la pandemia.

No solo por su elevada capacidad de transmisión, que se estima un 60% mayor que la cepa británica "o alfa" todavía predominante a nivel local, sino también por su demostrada habilidad para eludir los anticuerpos incluso en comunidades donde la vacunación se encuentra ya bastante extendida.

Los pasos atrás en la desescalada que han tenido que dar países como el Reino Unido o Israel tras dispararse los positivos, unidos al gran brote generado en Mallorca y que ha afectado a centenares de jóvenes -muchos de ellos contagiados por la nueva variante-, han encendido todas las alarmas en los últimos días.

Sin embargo, no es menos importante el hecho de que las infecciones provocadas por delta, al menos por ahora, no han repercutido de forma proporcional en las hospitalizaciones ni en las muertes, que continúan a la baja en Euskadi.

Gorka Orive, investigador, doctor en Farmacia y profesor en el campus alavés de la UPV/EHU, analiza las características de esta nueva amenaza y qué se puede esperar de ella de aquí en adelante, en una fase de la crisis sanitaria también marcada en Euskadi por el alivio progresivo de las restricciones.

"Es una variante que agrupa en sí misma todo lo malo que habían mostrado muchas de las anteriores por separado", apunta en primera instancia el científico.

En primer lugar, por esa ya mencionada alta transmisibilidad. Si un portador de la variante original del coronavirus podía contagiar a entre 2 y 2,5 personas, esta cepa "puede llegar a tener" un índice de reproducción de entre 6 y 8.

"En su proceso evolutivo, el virus ha logrado generar una variante más contagiosa. Esto puede hacer que mucho menos tiempo de contacto o interacción baste para infectarse", remarca Orive, quien matiza que "seguramente" los espacios más propicios para la expansión de la cepa siguen siendo "los más cerrados y menos ventilados".

Por otra parte, el profesor e investigador pone el foco en esa mayor "resistencia a la respuesta inmunitaria, a los anticuerpos" que ha demostrado la variante india. Una "evasión parcial" a las vacunas -con matices, eso sí- que la haría parecerse "un poco" a la cepa sudafricana del coronavirus, aparecida previamente.

"Vemos que está en plena expansión en Europa, Estados Unidos o Reino Unido y se está observando otra vez que la globalización ayuda a que las variantes se expandan más rápidamente", contextualiza Orive.

Sin embargo, y esto es muy relevante, "las vacunas parecen ser eficaces" contra delta, especialmente contra las formas graves del covid que puede llegar a provocar, "sobre todo cuando la pauta (de inmunización) está completa". Y "hay datos" al respecto, apostilla el investigador gasteiztarra, de que incluso "con una dosis y un tiempo hay cierta eficacia".

"Creo que con las vacunas que tenemos aquí hay una fuerte protección", tranquiliza Orive. Por el momento, estudios científicos ya han corroborado que las dos dosis de los preparados de Pfizer y AstraZeneca son lo suficientemente eficaces como para controlar la variante.

Además, se ha visto que delta "no genera estragos desde el punto de vista médico" a nivel local ni en los países del entorno donde ya es predominante. En Reino Unido, por ejemplo, representa ya más del 90% de los casos. En Euskadi, por ahora, supone alrededor del 15% de los casos detectados.

En este contexto, Orive pide "precaución" y seguir avanzando en una campaña de vacunación que esta semana apunta a alcanzar de nuevo cifras récord en Navarra tras la recepción de la mayor remesa de dosis hasta la fecha.

Según el profesor, resulta clave "proteger" con la segunda dosis al colectivo de personas de más de 60 años mientras se "acelera" la vacunación de los menores de 40, que han comenzado a ser inmunizados ya desde la semana pasada.

"Lo más normal es que se sigan produciendo infecciones, pero no se está viendo una incidencia en la presión asistencial. Se ha visto que cuando se ha protegido a los más vulnerables, el virus genera más infecciones que enfermedad grave", recuerda. Y es de esperar que esta tendencia continúe.

Orive, por otra parte, anima a las autoridades sanitarias a "seguir con el esfuerzo de genotipado" para identificar en tiempo real y con exactitud la presencia de la variante de cara a controlarla lo mejor posible y vaticina, además, que es "previsible" que dentro de un tiempo sustituya a la alfa como dominante.

¿Y qué hay de la flexibilización del uso de la mascarilla que ha entrado en vigor este pasado fin de semana? Orive lo tiene claro, siempre que su uso se mantenga en espacios cerrados y concurridos. Es, en sus palabras, "importante y necesaria" después de casi un año de uso obligatorio.

"Hay un concepto de responsabilidad individual sobre todo. Y que se use correctamente la mascarilla todavía es importante. La variante y los grupos sin vacunar indican que hay que seguir con las medidas en espacios cerrados", subraya.