El profesor Serafín García Sanz conoce muy bien el Centro Integrado Politécnico Donapea. En esa codiciada meseta del sur de Pamplona ejerció la docencia durante 33 años y vivió de primera mano buena parte de las vicisitudes que relata en su libro Donapea, 40 años de Formación Profesional en Navarra (1980-2020). Esta publicación no sólo cuenta la historia del mítico Politécnico, el segundo centro de FP público de la Comunidad Foral , sino que también sirve para acercarse a los estudios profesionales de Navarra y admirar su evolución. Serafín García fue además una de las caras visibles del movimiento Pro Donapea, que paralizó la operación ideada por UPN para trasladar el centro y dejar su parcela a la Universidad de Navarra para construir tres centros de investigación.

Desde que en 1975 se decidió crear un instituto politécnico en Pamplona pasaron seis años hasta que Donapea vio la luz . No fue fácil encontrar una parcela, ¿con qué dificultades se encontraron?

-La creación de un Politécnico en Pamplona hay que situarlo en un contexto en el que el régimen franquista estaba a punto de finalizar. Los conflictos en Navarra se intensificaron, las huelgas y las manifestaciones en la calle fueron continuas. La entrada en el Ayuntamiento de los denominados concejales sociales, Muez, López Cristóbal, Velasco, Martínez Alegría, Erice, Valimaña... ayudaron a que se creara en Pamplona un centro de formación profesional. Después de descartar varias parcelas, el Ayuntamiento eligió una finca de 15.000 m2 junto al campus de la Universidad de Navarra, donde ahora está el Servicio de Atención a Animales. La parcela tenía diferentes cargas administrativas y, aunque parezca extraño, podía ser expropiada por la UN. Ante esa amenaza el Ayuntamiento, después de múltiples protestas de la ciudadanía e incluso de la celebración de una asamblea de vecinos en el Anaitasuna para protestar por la postura de la UN, eligió otra parcela, también anexa al campus en la meseta de Donapea. La UN intentó que el Politécnico no se construyera allí pero, después de solventar muchos problemas, se edificó dónde está actualmente. La parcela de 23.000 m2le costó al Ayuntamiento 8 millones de pesetas y la construcción del centro (111 millones) corrió a cargo del Ministerio. A esos problemas iniciales hay que añadir los que acaecieron después relacionados con los accesos, la supresión de un camino paralelo al río Sadar, el vallado de los terrenos del campus....

Cuando nació Donapea había sólo dos centros de FP: Virgen del Camino y Salesianos. ¿Cómo era la situación de la FP en aquellos años?

-Hasta la primera mitad del siglo XX los estudios profesionales estuvieron abandonados en Navarra, a excepción de los de ámbito agrícola y ganadero (Escuela de Peritaje Agrícola de Villava). En 1946 se produjo un salto cualitativo cuando la Diputación constituyó el Patronato de Formación Profesional, integrado por organismos relacionados con la FP de las Administraciones foral y estatal, además de representantes de la industria navarra. En 1947 se creó la Escuela de Trabajo de Pamplona, administrada por los Salesianos, y en 1954 la Escuela Técnica de Industria de Tudela, regida por los Jesuitas. En los 50 y 60, gestionadas por diferentes órdenes religiosas, se crearon escuelas comarcales de trabajo en diversas localidades. Hasta los 80 en Pamplona sólo existía un centro de FP público, que dependía de la antigua organización sindical franquista y que ahora es el CI Virgen del Camino. En el ámbito privado, Salesianos fue creado en 1927, desde sus orígenes siempre ha contado con un importante apoyo de las instituciones oficiales. También había dos escuelas de aprendices dependientes de las empresas de Potasas e IMENASA.

El primer año comenzaron 592 alumnos, 30 docentes y Javier Mangado de director. ¿Qué enseñanzas ofrecía el instituto en sus inicios?

El Politécnico empezó a funcionar en 1980-81 y aunque la capacidad era para 1.200 alumnos, el primer curso empezó con 30 profesores y 592 alumnos (385 de FP de 1º grado y 207 de 2º grado). La antigua FP se estructuraba en dos grados. En Donapea en el primero se ofertaba las familias profesionales y especialidades: Electrónica, Química (Operador de laboratorio), Metal (Construcciones metálicas), Mecánica del automóvil, Electricidad del automóvil. En el segundo grado: Metal (Calderería en chapa), Electricidad (Máquinas eléctricas), Electrónica Industrial, Química (Análisis y procesos básicos), y Administrativo. El primer director fue Javier Mangado que después dirigió Biurdana BHI.

Donapea es un centro histórico que ha vivido de primera mano la evolución de la FP y las leyes que le han acompañado. ¿Cómo ha repercutido esta legislación?

-En los 40 años de existencia, el proyecto educativo de Donapea ha ido cambiando al albur de las distintas leyes, que han supuesto modificaciones sustanciales en la estructura de los estudios, y en la metodología. De todas ellas la que supuso un cambio más importante para el sistema educativo fue la LOGSE (1990). Supuso un reto para el profesorado para superar, en poco tiempo, dificultades a las que se vio sometido en el desarrollo de su trabajo, tanto por los cambios que se produjeron en los contenidos como en su propia organización. También la LOE, (2006) tuvo gran repercusión al disponer que los títulos de FP debían estar referidos al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y que el currículo de estas enseñanzas se debía ajustar a las exigencias derivadas del Sistema Nacional de Cualificaciones. La ley añadió a los ciclos de grado medio y superior los de FP básica. Asimismo, la ley de Cualificaciones y de la FP (2002) dio origen a los centros integrados, que imparten FP inicial, ocupacional y continua, así como certificados de profesionalidad.

Donapea fue uno de los primeros centros en ofrecer ciclos de euskera en 1986-87. Tres décadas después se ha ampliado la oferta pero aún hay quien la considera escasa. -La presencia del euskera en la FP en Navarra ha sido escasa. En 1986-87 en Donapea se implantó el primer año de FP de primer grado en la línea de euskera, en las ramas profesionales de Administrativo y de Electrónica. El desarrollo de estas líneas fue problemática para el alumnado, el centro y para la propia Administración y estuvo a punto de desaparecer. En 1989 la línea de euskera se extendió al Bachillerato de Ciencias y Tecnología. Un cambio significativo en la oferta de ciclos en euskera se produjo en 2015 con el cambio de Gobierno foral. Para 2021-22, la oferta de euskera en Navarra asciende a 10 ciclos de grado medio, 7 de superior, 3 de FP básica y 14 online. En el caso de Donapea la oferta de euskera se extiende a cuatro ciclos; uno de FP básica, 3 de grado medio y uno de grado superior. El desarrollo del euskera en Donapea ha sido variable y siempre ha estado al albur de intereses de los partidos. Muchas han sido las voces que piden que, para consolidar una nueva FP en euskera era indispensable ampliar la oferta y se ha criticado a gobiernos de Navarra por la falta de sensibilidad hacia la FP en euskera.

Donapea pasó años complicados primero con huelgas y sobre todo entre 1997 y 2002 con amenazas, pintadas y encierros que alteraron la vida del centro. Incluso hubo un atentado fallido contra el director. ¿Cómo recuerda aquella época?

-Terminada la construcción del edificio en 1980, se constató las graves deficiencias que tenía: ausencia de medidas contraincendios, fallos en la pavimentación del suelo, carencia de ascensores y baños para minusválidos, calefacción escasa, problemas en los accesos... y sobre todo carencias en la dotación y equipamientos para talleres y laboratorios. Por estos motivos, las protestas del alumnado, profesorado y familias fueron constantes hasta 1990 cuando el Gobierno foral asumió las competencias en materia educativa y realizó grandes inversiones. También se vio afectado por la tensión política que vivió la sociedad relacionada con el denominado conflictovasco. Fueron habituales las concentraciones, asambleas, huelgas, pintadas, encarteladas, encierros amenazas, acoso con llamadas telefónicas anónimas, insultos... que alteraron la vida normal de los centros. Se puede decir que algún integrante de los equipos directivos de aquellos años, profesorado, y personal no docente, fueron objeto de lo que algunos llamaban “violencia de baja intensidad”. Las movilizaciones estudiantiles tenían gran seguimiento. Alumnado cercano a las tesis de la izquierda abertzale, de Ikasle Abertzaleak, así como de las organizaciones como Jarrai o Segi eran los que movilizaban con gran éxito: unos por conciencia política, otros por no tener problemas con sus compañeros y, otros por comodidad.

¿Cómo ha cambiado el centro en estos 40 años?

-La denominación del Centro ha cambiado varias veces pasando de ser un Instituto Politécnico de Formación Profesional (1980) a Instituto de Enseñanza Secundaria (1995) para terminar como un Centro Integrado Politécnico (2006). En 1995-96 Donapea superó el límite de su capacidad. Estuvieron matriculados 1.400 alumnos repartidos entre las familias profesionales de Administrativo, Química, Electrónica y Automoción; además del Bachillerato Tecnológico en castellano y euskera. El alumnado empezó a decrecer con la implantación de los nuevos ciclos LOGSE que limitaba la ratio a 20. Actualmente hay 850 alumnos en FP básica, grado medio, y grado superior en las especialidades de Administrativo, Química , Electrónica, Automoción e Imagen y Sonido; y 107 docentes. El centro ha cambiado totalmente en él se reflejan, no solo los cambios educativos en los estudios de FP, sino también los cambios políticos y sociales que ha vivido Navarra estos años: nuevas profesiones, inmigración, métodos de estudio, incorporación de las mujeres a la FP, promoción del euskera...

El libro se cierra con lo que se llamó el Plan Donapea, el intento fallido de trasladar el centro a otra ubicación para la UN pudiera ampliar sus terrenos. ¿Su paralización fue un logro de la comunidad educativa?

-En 2011 en plena crisis económica, con recortes continuos, el Gobierno en minoría de UPN, la Universidad de Navarra y la Fundación para la Investigación Médica Aplicada (FIMA) firmaron un protocolo que pretendía implantar en la misma parcela de Donapea, tres centros de investigación. Esa operación llevaba implícita la necesidad de construir otro centro de FP en Pamplona que supondría la inversión de 29 millones, y que englobaría a la Escuela Sanitaria. El oscurantismo de la operación, la falta de transparencia política y el empecinamiento de la UN en que necesariamente los centros de investigación se construyeran en la parcela de Donapea y no en su campus, añadido a que el equipo directivo y el profesorado se enteraron de la operación el mismo día de su presentación a la prensa así como el hecho de que nadie hubiera solicitado la construcción de un nuevo centro, hizo que se opusieran, por unanimidad, toda comunidad educativa de Donapea y buena parte de la sociedad navarra. Al final después de múltiples protestas, recogidas de firmas, manifestaciones, asambleas, comisiones y plenos en el Ayuntamiento y Parlamento, el rector de la UN lo retiró y no hubo traslado.

¿Cree que Donapea necesita una nueva localización?

-A mí me gusta el lugar donde está el Politécnico, lo único que necesita es que mejoren sus accesos por transporte urbano. En todo caso, si fuese necesario su traslado, habría que tener en cuenta exclusivamente las necesidades del centro y no otros intereses que persigan operaciones urbanísticas poco transparentes.