- Las restricciones para mantener la salud pública de la Comunidad Foral hicieron que las grandes salas que en otro tiempo acogieron a centenares de personas en su interior colgaran el cartel de "cerrado". Fue la imposibilidad de celebrar un acto público y seguro lo que hizo que las entregas de premios se pospusieran hasta un tiempo en el que la situación epidemiológica hubiera mejorado. Precisamente, ahora, Navarra no está pasando por su época más dorada en cuando a expansión de la pandemia se refiere, sin embargo, armada con todas las medidas de seguridad necesarias, la Universidad Pública de Navarra (UPNA) no quiso desperdiciar ayer la posibilidad de hacer entrega del Premio Internacional Jaime Brunet a la defensa y promoción de los derechos humanos 2019 al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Fue Sophie Muller, representante en España del (ACNUR), quien recogió el galardón -dotado con 36.000 euros y cuyo acto de entrega no pudo celebrarse en 2019- en una ceremonia que estuvo encabezada por la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, en calidad de presidenta honoraria de la citada fundación, así como por el rector de la UPNA, Ramón Gonzalo, el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde Iglesias, y el vicepresidente de la Fundación Brunet, Joaquín Mencos Doussinague.

Asimismo, entre el público estuvieron presentes la presidenta del Ejecutivo foral, María Chivite, el vicepresidente primero del Gobierno, Javier Remírez, el delegado del Gobierno en Navarra, Jose Luis Arasti, las consejeras de Salud, Santos Induráin, Derechos Sociales, Carmen Maeztu, y Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, entre otras autoridades invitadas, tanto del ámbito político como del social.

Además de la concesión del premio internacional, la UPNA hizo entrega de los Premios Tesis Doctorales Jaime Brunet y los Premios Universitarios Jaime Brunet, así como de los diplomas de las ayudas de 10.000 euros otorgadas este año por la Fundación Brunet a instituciones que durante la pandemia han destacado por su labor humanitaria en defensa y ayuda de las personas necesitadas en la Comunidad Foral. Las entidades galardonadas fueron Fundación Gizakia Herritar (proyecto comedor solidario París 365), Auxiliares del Buen Pastor-Villa Teresita y Asociación Teléfono de la Esperanza de Navarra.

El rector de la UPNA, Ramón Gonzalo, indicó que con el premio a ACNUR se reconoce "la labor y el trabajo de una institución que nació a raíz de la Segunda Guerra Mundial para brindar ayuda humanitaria y protección a refugiados, desplazados internos, retornados, apátridas y solicitantes de asilo en todo el mundo". Así, durante más de seis décadas "ha asistido a millones de refugiados y desplazados en todo el mundo que han tenido que abandonar sus hogares a causa de los conflictos que se han sucedido en las décadas siguientes", dijo.

En este sentido, aseguró que "estamos ante uno de esos casos en los que la voluntad, la convicción y resolución de una institución y, sobre todo, de las personas que están detrás de ella, han sido capaces de producir cambios en cientos de miles de seres humanos viviendo en condiciones inhumanas sufriendo innumerables injusticias". "Y ello sin pretender la quimera inútil de cambiar las estructuras económicas y de poder que producen y perpetúan las situaciones de injusticia, sino actuando desde la base y de forma directa sobre las condiciones de vida de las personas que las padecen", agregó.

Por su parte, el presidente del Parlamento, Unai Hualde, admitió que "la pandemia mundial ha trastocado nuestras vidas", pero también recordó que los problemas anteriores a la covid-19 "siguen ahí y no los debemos dejar de lado. Algunos de los problemas son mayores y mayor tiene que ser nuestro esfuerzo por solucionarlo". Por último, Hualde concluyó su intervención subrayando que "la defensa de los derechos humanos es una cuestión que une a la sociedad navarra y debiera ocurrir en todo el mundo pero vemos lo que ocurre en otras partes del mundo y vemos que queda mucho por hacer".