l primer sábado sin restricciones sanitarias tras la pandemia de la covid-19 en Pamplona transcurrió entre las ganas de volver a la normalidad después de tanto tiempo y el respeto que todavía infunde el virus. Gente de todas las edades y generaciones salió ayer a la calle para disfrutar por primera vez en mucho tiempo de un día sin restricciones y del ambiente que ofrece la ciudad durante el fin de semana con más libertades y menos preocupaciones.
Debido a almuerzos, comidas, celebraciones pendientes como despedidas de soltera y la apertura de discotecas y sociedades, las calles del centro de la ciudad se llenaron de gente deseando vivir de nuevo un sábado normal. Las terrazas a rebosar evidenciaron las ganas de los ciudadanos y ciudadanas de celebrar el avance positivo de la pandemia y conseguir, por fin, pasar página y dar un paso más hacia esa normalidad tan esperada.
"Ayer teníamos un concierto, y teníamos la piel de gallina por la sensación de ver a tanta gente junta", contó Ane, que salió junto a su grupo de amigas a un bar a pasar la tarde. "Primero un momento de shock, pero luego te acostumbras, teníamos tantas ganas que nos acostumbramos muy rápido y volvimos a lo de antes", añadió otra de las jóvenes allí reunidas. "Hay ganas de bailar y de salir de juerga", afirmó una tercera, y todas se mostraron de acuerdo. Todavía no se creían que se pudiera volver a salir a la pista en lugar de permanecer sentadas en la mesa como dictaban las medidas de seguridad hasta ahora.
"Se tenían ganas, por lo menos de bailar de pie y que no hubiera mesas. Era lo que más quería la gente", aseguró una joven que compartía una copa con sus amigas. "Además, la gente está encantada", concluyó. El ambiente en general era festivo y alegre, recordando la situación que se vivía antes de que llegase la pandemia. Las personas, aunque mantuvieron las medidas básicas que todavía están vigentes en Navarra, se mostraron despreocupadas y deseosas de recuperar poco a poco las costumbres habituales que se vieron interrumpidas por la llegada de la covid-19. Además de los bares y los establecimientos de ocio, los bancos en las plazas estaban llenos de gente que salió a disfrutar del ambiente de un sábado por la tarde.
En la vermutería Río, uno de los lugares más concurridos de la calle San Nicolás, Aitor, su camarero, destacó la incertidumbre que acompañó a muchas personas este sábado. "La gente todavía está un poco reacia a quedarse en la barra, y lo que hacen es entrar a pedir y salir, por eso lo que más lleno está es la calle", explicó. "Yo creo que en Navarra todavía costará un poco que la gente se acostumbre a lo de antes", añadió. En un momento de cambio como el que se vivió este fin de semana, las costumbres adquiridas durante la pandemia permanecen todavía arraigadas, evidenciando la necesidad de un proceso progresivo y escalonado. Refiriéndose al colectivo hostelero, relató que los camareros y camareras tampoco sabían, después de año y medio, qué esperar exactamente de estos días. "Estamos aún tanteando cómo va a ser y nos está costando coger el ritmo", finalizó. "Como hemos extendido los horarios, me imagino que la gente saldrá más tarde, porque de momento esto está bastante tranquilo", supuso Diana, otra camarera del establecimiento El perro verde, que acababa de incorporarse a su turno. Efectivamente, algunas de las calles del centro se reservaban para la noche, mientras que otras, como la Estafeta o Calderería, fueron lugares muy concurridos desde el principio de la tarde.
Las opiniones sobre la retirada de las restricciones fueron muy variadas. "Yo no me cierro a hablar con alguien solo por la posibilidad de que tenga covid. La sensación de rechazo, por mi parte, ya no la vivo", relató una joven. "Un poco de agobio sí, porque veo tanta gente al entrar a un bar que me cuesta", fue el sentir de otra. Sin embargo, la mayoría de la gente coincidió en que con las vacunas se sentía mucho más segura, a pesar de ser todavía difícil volver a salir con la confianza anterior a la pandemia y tener aún algo de recelo. Aún están presentes el miedo y la incertidumbre por la nueva situación. Además, se espera de la población navarra que actúe con prudencia, para poder seguir adelante en este proceso tan largo que está siendo la pandemia. Sin embargo, las ganas de salir de nuevo compensaron con creces estos reparos. La población joven, sobre todo, parecía más dispuesta a dejar atrás lo vivido hasta ahora, mostrándose más animados a participar en el ocio. Por otro lado, algunas personas manifestaron sus dudas respecto a qué podía hacerse y qué no tras eliminar las medidas vigentes hasta ahora.
Por otro lado, los colores de Osasuna estuvieron también muy presentes después de su partido por la tarde. Tras el evento, una marea roja subió al centro de Pamplona y llenó las calles, hasta entonces no tan animadas. Sin embargo, el final del partido supuso un aumento considerable de aforo tanto en los establecimientos abiertos como en los exteriores, en calles y plazas. También desde discobares como el Zentral destacaron ayer que el local estuvo lleno durante toda la tarde.
"En Navarra todavía costará un poco que la gente se acostumbre a lo de antes"
Camarero de la vermutería Río
Los cambios desde el 1 de octubre. Se abren las barras de los bares y las pistas de baile, se amplian los horarios de los establecimientos y termina el límite del aforo, volviento este al 100%.
Mascarillas, obligatorias en interiores. Las mascarillas continúan siendo obligatorias en interiores salvo en el momento puntual de la consumición, y en exteriores siempre que no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros.
Las personas que salieron ayer coincidieron en la necesidad de regresar a la normalidad y recuperar el ocio y la vida tal como eran antes de la pandemia aunque la prudencia se mantiene.