El incremento de los precios no está afectando por igual a todas las comunidades de vecinos. Y la razón es muy sencilla: el consumo de energía varía enormemente de unos edificios a otros. "La eficiencia energética de los edificios empezó a tenerse en cuenta en 2007", explica Peio Mendia, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Navarra.

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"Antes, la calidad de una casa se medía en que tuviera buen parqué, buenos marcos y cosas así. Nunca se tenía en cuenta la eficiencia energética del edificio. A partir de 2007, eso cambia. Sobre todo, cuando llega la crisis, empiezan a plantearse los niveles de eficiencia A, B o C. Todas las casas anteriores, incluidas Buztintxuri y Sarriguren, tienen una eficiencia energética muy baja. Estamos hablando de casas con eficiencias E o F, muy malas. Pero no se valoraba, era cuestión de meterle más calefacción y ya está. Las comunidades hechas entre 2007 y 2010 han acusado menos la subida. En un estudio que hemos hecho, una comunidad tipo de Sarriguren o Buztintxuri estará gastando de 7.000 a 9.000 kw al año. Una comunidad de Ermitagaña o Iturrama estará gastando 12.000 o 13.000 kw al año y una comunidad nueva de Lezkairu, Erripagaña o así estará gastando entre 3.000 y 5.000 kw al año", asegura.

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La diferencia de consumo en función del aislamiento de las viviendas es muy grande. "Si gastas menos kilovatios, por muy caro que esté el gas, vas a tener menos consumo y vas a pagar menos. Hacia 1980 o un poco más adelante se empezó a obligar a poner algo de aislamiento. Eso hace que las casas muy antiguas no tengan casi nada de aislamiento. A partir de Mendillorri y las construcciones de esa época se empieza a tener cierto aislamiento y ahora se ha convertido en un gran valor. Cuando compras una casa, una de las cosas que se ofrece es que sea A o B. Luego ha llegado el passivhaus, que es otro sistema cuyas pérdidas son muchísimo menores y cuya demanda de calefacción es mínima".