La subida del precio de la energía está asfixiando a las comunidades de vecinos, obligadas a aprobar derramas que en algunos casos han llegado a superar los 1.000 euros por domicilio. En muchas comunidades está siendo necesario celebrar asambleas extraordinarias porque, en apenas unos meses, ya se ha esfumado el presupuesto para todo el año en gas y electricidad. Así, las comunidades vecinales ven necesario reponer el fondo gastado este invierno y, sobre todo, establecer la cuota en una cantidad que permita afrontar con garantías el próximo invierno, marcado por un gran nivel de incertidumbre.

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Peio Mendia, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Navarra, explica que este incremento del precio ha afectado de manera muy distinta a cada comunidad. "Estas subidas, que empezaron en junio del año pasado, han impactado de diferente forma en función de cada tipo de comunidad. Algunas, al ver esa escalada y sin saber nadie lo que iba a pasar, se han refugiado en precios fijos y esa gente ha salvado el ejercicio. Otras comunidades se movían en el indexado. Hasta ahora, siempre en el mercado ha habido dos productos: un precio indexado -en función de la evolución del mercado- y uno fijo. Las casas que venden gas tienen unas estimaciones a futuro y lo que hacen es cobrar con un poco de margen de beneficio. El precio fijo siempre ha sido más caro, pero también más seguro y el precio indexado, más barato y más oscilante. En este caso, han salido muy perjudicados", señala.

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"La cosa es que lo que ha pasado ahora no se lo esperaba nadie. Cuando se cerró el oleoducto de Marruecos empezó a subir el gas y la guerra lo remató. Hemos tenido una tormenta perfecta que ha sido que en invierno y en los meses de mayor consumo ha habido una subida espectacular de hasta el 400% en el precio del gas y eso ha hecho que las comunidades que estaban con el precio indexado anden muy mal para terminar el ejercicio. Hay comunidades que están teniendo derramas de en torno a 800 o 1.000 euros por vecino".

CALEFACCIÓN Y AGUA CALIENTES CENTRALES

La subida de los precios de los combustibles está afectando especialmente a las comunidades de propietarios que disponen de calefacción y agua caliente centrales. En estas escaleras, ya se están aplicando soluciones de emergencia como la reducción de horas de calefacción, que normalmente funciona desde la una de la tarde hasta las diez de la noche. Además, algunas comunidades apagaron la calefacción a mediados de marzo, cuando lo habitual es que estuviera activa hasta mediados de mayo. "La verdad es que el tiempo tampoco nos ha ayudado mucho. Estas últimas semanas sí que ha hecho mucho calor, pero hasta principios de mayo la temperatura estaba por debajo de la media", recuerda Mendia.

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Pese a la subida de cuotas o la aprobación de derramas extraordinarias, Mendia asegura que, por el momento, no se ha notado un aumento en la morosidad, aunque sí que hay una sensación de descontrol y muchas dudas. "Es un gasto muy importante para muchas familias que ya estaban con el presupuesto muy ajustado", asegura.

El presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Navarra Mendia confiesa que nunca había vivido un incremento del precio de la energía tan rápido como el actual y remarca que el futuro es totalmente incierto. "Si el año pasado estábamos pagando el gas a 0,032, ahora hemos llegado a pagar a 0,16. Ahora ha bajado un poco y está en torno a 0,14. El problema es que no se ve un futuro claro. Los mercados a futuro que se están dando son muy inciertos. Se está hablando de que el gas el próximo año va a estar a 0,09, es decir, tres veces más de lo que pagábamos hace un año".

"El verano no es tan problemático porque, una vez que se apaguen las calefacciones, el consumo baja muchísimo. El agua caliente se mantiene también en las calefacciones centrales, pero no gasta tanto como el gas y la descompensación no es tan grande. El problema es el año que viene, que nadie sabe cómo prever el próximo invierno. Nos están dando a entender que el año que viene se va a quedar un precio caro, pero tampoco lo sabe nadie. Estamos en un momento de mucha incertidumbre. Primero, por los IPCs tan altos que se están lanzando. Segundo, la famosa guerra de Ucrania hace que no haya una estabilidad para hacer una previsión lógica. Estamos todos esperando. Tenemos de colchón ver qué pasa este verano y, según lo que ocurra, veremos. Cuando empiece la próxima temporada de calefacciones es cuando las decisiones tienen que estar tomadas".