El edificio de la calle Rúa número 14 de Tudela será finalmente derruido en su totalidad después de que esta madrugada, hacia las 6.45 cayera otra parte de la fachada. En el suceso no ha habido que lamentar ninguna desgracia personal ya que se encontraba vacío desde el pasado mes de septiembre cuando se derrumbó una parte. Desde entonces las tres familias que vivían en ese edificio se encontraban fuera ya que se había abierto un expediente para declararlo en ruina.

Tras el suceso de esta madrugada alrededor de siete personas han tenido que ser desalojadas y trasladadas a casas de familiares para comprobar que el derrumbe no ha afectado a las conexiones de luz o gas del edificio colindante.

Los propietarios del edificio han recibido ya la notificación del Ayuntamiento (que posee una bodega en este edificio) de que, después de este derrumbe, el edificio deberá ser demolido y, de momento parecen estar de acuerdo con la medida. Si tardaran en actuar, el Ayuntamiento lo hará por su cuenta para posteriormente pasar el coste a la propiedad.

El pasado 21 de septiembre hacia las 18.30 horas parte de la fachada trasera del edificio de la calle Rúa, 14 del casco antiguo de Tudela se desplomó sin que hubiera que lamentar ningún herido, tanto en la calle como en el interior del edificio. La fachada es muy reconocida por la ciudadanía dado que alberga una de las pinturas del festival del Avant-Garde urbano (se pintó una paloma de colores hace años) y se encuentra pegado a la entrada de la peña La Jota en la plaza de Yehuda Ha Leví y frente al Ayuntamiento y al Museo Muñoz Sola. El edificio tiene cuatro alturas pero también cuenta con varios trasteros y bodegas.

Los técnicos municipales y los bomberos han estado esta mañana observando el edificio para conocer el alcance de los daños y la posibilidad de que el edificio pueda perder más partes para, en los próximos días, proceder a su derribo. En total se desalojaron siete personas y dos perros (había un piso deshabitado) que no habían vuelto al edificio.

Aunque se desconocen las causas para el derrumbre de la fachada trasera, que deja a la vista ahora varias habitaciones de los dos primeros pisos, a primera vista las grietas evidencian que existían humedades y problemas de agua desde hace tiempo. De hecho, de entre una de las grietas ya existentes se podía ver cómo habían brotado varias ramas. El edificio es en parte propiedad de los empresarios Hermanos Oliver de Buñuel, pero el Ayuntamiento también es parte de la comunidad ya que es propietario de algunas bodegas.