pamplona. En su última entrevista a este periódico, hace apenas un año, Zupo Equísoain, todavía seleccionador de Italia, no escondía su voluntad de volver más pronto que tarde a la Liga Asobal. Entonces, hablaba maravillas del lugar en el que residía -Siracusa-, de su gente y de su gastronomía. Pero Zupo es un hombre de balonmano y quería más. Según explicaba, el balonmano en Italia está muy lejos de la profesionalización y los periodos de descanso eran superiores a los de trabajo. Demasiado poco para el entrenador de la época dorada del San Antonio.
Por eso, cuando le llamaron de Cuenca, Zupo Equísoain no pudo resistirse: negoció con la Federación Italiana la rescisión de su contrato -le quedaba un año- y empezó a hacer las maletas. Desde agosto maneja los hilos del Cuenca 2016, lleno de ilusión, según dice, por volver a la élite del balonmano europeo. Antes de regresar a Pamplona mañana (Arrosadia, 18.30 horas), Zupo descuelga el teléfono desde Cuenca para hablar de sus sensaciones en este inicio liguero.
Vuelve a Cuenca 17 años después. ¿Qué tal el regreso?
Apenas llevo mes y medio, pero lo cierto es que estoy muy a gusto. Me motivaba mucho la oferta del Cuenca porque es una ciudad que ya conocía y es un club que tiene una base social muy importante. El balonmano es el primer deporte de la ciudad, y eso es algo que se nota muchísimo. Además, es un proyecto ya consolidado que lleva tres años en Asobal y, al mismo tiempo, conocía a mucha de la gente que se mueve en torno al club.
La primera jornada se tuvieron que conformar con un empate que supo a derrota.
La verdad es que nos dejó muy mal sabor de boca. A falta de 10 minutos íbamos ganando por 6 y nos terminaron empatando por nuestros propios errores. Iremos progresando a medida que avance la temporada.
Hace ya tiempo que comentaba su intención de volver a corto plazo a Asobal. Tenía ganas de marcha...
Sí, tenía muchas ganas de volver a la élite. Me quedaba un año más de contrato en Italia, pero gracias a la Federación Española de Balonmano hemos conseguido solventar esa cuestión. La experiencia italiana ha sido totalmente positiva, pero echaba de menos la competición semanal, el día a día en los entrenamientos... En su momento necesitaba desintoxicarme de Asobal, pero ahora he vuelto con las pilas cargadas y muchísimas ganas de competir. Volver a la calidad y a la élite del balonmano europeo es otra cosa.
¿Qué balance hace de su periplo italiano?
Como comentaba, el balance no puede ser más que positivo. He conocido otro país, otra cultura y otro idioma; he hecho muchísimos amigos y, a nivel deportivo, he conocido otro balonmano, he sido seleccionador nacional y creo que he ayudado a que mejorase el balonmano italiano. El problema es que había muchísimos días de descanso en los que no hacía nada. He dado muchos cursos a árbitros y entrenadores, pero la selección se reunía demasiado poco, unas tres semanas al año, y tampoco he tenido la posibilidad de trabajar con las categorías inferiores. En cualquier caso, la experiencia ha sido positiva y estoy seguro de que volveremos a visitar a la gente que hemos conocido; nuestros amigos sicilianos ya nos visitaron en Sanfermines.
Vuelve a Asobal y para su primer partido a domicilio le toca regresar a Pamplona...
Así es, y estoy con ganas de volver a casa. El San Antonio es mi club de toda la vida, donde entré con 12 años, donde me he hecho como entrenador y donde guardo muchos amigos. Allí he vivido muy grandes momentos y seguro que tendré una sensación extraña al estar entrenando en el banquillo visitante. Por lo demás, suelo ir con cierta frecuencia a Pamplona. Ahí está mi hogar y mi familia, he estado este verano y siempre que tenemos unos días libres cogemos el coche y nos acercamos.
Como comenta, regresa al club de su vida, aunque la situación de éste es muy distinta a la que había cuando lo dejó.
Está claro que el equipo no es aquel Portland millonario, pero yo también he vivido épocas similares a la actual. La época de Mepamsa y de Lagun Aro fueron parecidas a la actual y yo las viví; luego tuve la suerte de vivir aquella época gloriosa de Portland. El tema de la crisis ha obligado a que las aspiraciones del San Antonio ahora sean bien diferentes. Y ahora toca adaptarse a esa nueva situación.
Se habla de regreso a los orígenes, se está apostando por jugadores más jóvenes... ¿Cree que es acertada esta política?
Parece que, en vistas a la situación económica, han apostado por la juventud. Me parece normal, espero que les salga bien y el objetivo de permanecer en Asobal lo cumplan, aunque no será fácil para nadie porque va a estar todo muy igualado.
Mirando directamente a la plantilla, ¿qué jugadores le gustan?
Javier Humet es un jugador con muchísimo futuro, Mindegia estoy seguro de que seguirá con su progresión y Aguirrezabalaga también dará que hablar. Hay jugadores con un gran porvenir.
Dice que será una Liga igualada, ¿que pronósticos hace?
Considero que hay siete equipos que están por encima. Barça y Ciudad Real se jugarán el título y, un paso por detrás, estarán Ademar, CAI Aragón, Naturhouse La Rioja, Valladolid y Granollers. Los demás tendremos que luchar, en principio, por eludir el descenso. La cosa va a estar muy apretada.
Usted vivió esa evolución del San Antonio que pasó de ser un equipo humilde con Mepamsa a aspirar a todo con Portland. ¿Ve posible una evolución similar partiendo de la actual situación?
Nunca sabes lo que puede ocurrir. Siendo Mepamsa nadie pensaba que el Portland iba a ser uno de los mejores equipos de Europa. Si se hacen bien las cosas y hay fortuna el equipo puede volver a lo más alto.