Su fuerte es defender. Este fue uno de los principales motivos por los que recaló la temporada pasada en el Helvetia Anaitasuna. Pero este año, Nicolás Bonanno ha dado un paso más. El internacional argentino ya no sólo cumple en la retaguardia, donde continúa desempeñando su labor con nota, sino que ahora se ha lanzado al ataque obligado por las circunstancias y nadie puede decir que no esté cumpliendo. Ahí están los datos para respaldarlo: después de tres jornadas de competición es el máximo artillero del equipo con 15 dianas, sólo cinco menos de las que anotó durante toda la temporada pasada. Un goleador por sorpresa. Un goleador inesperado.

“Para nada me lo imaginaba. Ojalá siga esta dinámica mucho tiempo, mirando sobre todo siempre para adelante y para el equipo”, comenta un Bonanno al que se le ve feliz en su insólito papel. Y es que las carencias en la primera línea, donde jugadores como Joao Pinto o Xavi Castro han estado ausentes en el arranque liguero por lesión, han posibilitado que el lateral argentino asuma más responsabilidad en el ataque del Helvetia. El técnico Quique Domínguez ha apostado por él en esta labor, algo que también hizo la temporada pasada, aunque en menor medida. El jugador ha cogido el guante, está aprovechando el momento y agradece la confianza de un entrenador “que me ayuda y me motiva siempre a dar el paso. Es algo que a mí me da confianza”, sostiene.

Nicolás Bonanno (18/11/1991, Merlo-Buenos Aires) vive su segunda temporada en Pamplona, una ciudad en la que está “encantado”, y en un club donde se encuentra “muy cómodo”. Discreto, cumplidor, trabajador, con el 77 a su espalda y su 1,98 de altura, el argentino está completamente adaptado a la Liga Asobal, donde lleva seis años jugando y donde ha pasado por equipos como el Bada Huesca –en el que coincidió con Joao Pinto, su nuevo compañero en el lateral izquierdo–, el Granollers o el Bidasoa Irun, conjunto que dejó para fichar por los navarros. Asimismo, es uno de los fijos en la selección de su país, Argentina, con la que disputó los Juegos Olímpicos de Tokio y cuya camiseta volverá a enfundarse el mes que viene en los Juegos Odesur que se celebrarán en Asunción (Paraguay), esta vez a las órdenes de Guillermo Milano.

En la albiceleste, Bonanno desempeña una función marcadamente defensiva, si bien insiste en que a él lo que le gusta es “ser un jugador lo más completo posible para ayudar al equipo”. “Está claro que mi faceta es siempre la defensiva, es donde más cómodo estoy. Pero también digo siempre que quiero aportar lo máximo posible, ser un jugador más completo. Quiero seguir teniendo los minutos que estoy teniendo y aportar cuanto pueda al equipo. No me quiero quedar encajado sólo en el rol defensivo”, reivindica.

En paralelo al equipo

El momento dulce que atraviesa Bonanno a nivel personal va emparejado al que vive su equipo, el Helvetia Anaitasuna. El conjunto navarro es segundo ahora mismo en la Liga Asobal con cinco puntos, a tres del líder e intocable Barcelona, y no conoce aún la derrota. Venció al Club BM Cisne en la primera jornada –con 7 goles del argentino–, empató en la cancha del Sinfín –donde metió 6– y se impuso en casa en la última jornada al Ademar de León –2 tantos–. El siguiente compromiso será el domingo en un pabellón que el lateral conoce bien, el del Fraikin Granollers. La empresa no será fácil, pero los de Quique Domínguez tratarán de alcanzar una victoria que les mantenga invictos. “El equipo está con mucha confianza. Tenemos ganas de ir a jugar este partido. Sabemos que es una pista dura y que el rival está jugando muy bien, pero tenemos que ser ambiciosos y querer ganar. Vamos muy mentalizados. Somos conscientes de que la temporada es muy larga y así quedó plasmado el curso pasado, cuando pasaron mil cosas. Estuvimos cerca de las posiciones de Europa y también de descenso. Teniendo claro eso, pelearemos por seguir en la misma línea que hasta ahora”, confía.

Lo de jugar competición continental atrae mucho a Nicolás Bonanno, quien ya pudo saborear una eliminatoria previa cuando vestía la camiseta del Bidasoa Irun. En un futuro no muy lejano, le gustaría jugar en Europa con Anaitasuna. “Mi objetivo personal siempre es terminar lo más alto posible. Eso es lo principal. Pero quién dice que se termina la Liga y no podemos clasificarnos para Europa el año que viene... Sería algo muy bonito de conseguir y veo al equipo motivado para ello”, sostiene.

Seguro que si el Helvetia alcanza ese anhelado premio, no será nada raro ver viajar a Nicolás Bonanno con un mate en su mano. El argentino se declara un “fanático” de esta infusión, es capaz de beberse “dos o tres termos” ante el asombro de muchos y para él se ha convertido en un elemento indispensable “cuando estoy mal mentalmente o me pasa algo. Descanso, tomo mate, escucho música y es mi forma de volver. Es el cable a mi tierra. Eso sí, después te pasas todo el día en el baño”, bromea.

Sea con un mate, o con las novelas policíacas que tanto le gustan, Bonanno confía en alcanzar este sueño. Y si sus goles ayudan, bienvenidos sean.

EL PROTAGONISTA

  • Nombre. Nicolás Bonanno.
  • Nacimiento. Merlo-Buenos Aires (Argentina), 18 de noviembre de 1991.
  • Puesto y altura. Lateral izquierdo, 1,98 metros.
  • Dorsal. 77.
  • Seis años en la Liga Asobal. Bonanno lleva desde 2016 jugando en la Liga Asobal. Ese año fichó por el Bada Huesca, donde estuvo dos temporadas. Posteriormente se marchó al Fraikin Granollers, donde completó otras dos antes de jugar una en el Bidasoa Irun. Lleva en el Helvetia Anaitasuna desde la anterior campaña.
  • Internacional. Es fijo en la selección de Argentina, con la que disputó los Juegos de Tokio.