Faltó poco, muy poco, para que saltase la épica ayer en La Catedral y el Helvetia Anaitasuna empatase, al menos, un partido que llegó a ir perdiendo por ocho goles tras una mala primera parte y que intentó enmendar en una segunda metiendo más intensidad, pero sin éxito. Se quedó en la orilla, perdió por sólo un gol ante el Viveros  Herol Nava (27-28) y no pudo brindar una victoria a los jugadores que abandonan tras este último partido liguero el club y que emprenden caminos diversos.

A los navarros les faltó mordiente, concentración, atino y también suerte –con cuatro balones estrellados en el palo– en una primera mitad donde el equipo segoviano fue superior y, por momentos, excesivamente intenso. Andrés Moyano, con seis goles, fue una de las pesadillas de un Helvetia al que le costaba encontrar su sitio sobre la pista. Se echaba en falta la defensa rocosa de ocasiones anteriores y en ataque, con Antonio Bazán rudamente defendido por los hermanos Guardiola, unido a imprecisiones, era difícil marcar. Las genialidades de Torriko y su movimiento del juego amortiguaban en algunos lances las diferencias en el marcador, que llegaron a ser de hasta ocho goles, teniendo que pedir Quique Domínguez hasta dos tiempos muertos. Pero al descanso, el resultado sería de 11-18. 

En la segunda mitad, sin embargo, el Helvetia reaccionó. Ajustó e intensificó su defensa y en ataque comenzó a contar con la baza de Aitor Albizu, muy efectivo, pese a que Luis de la Vega hizo todo lo posible para evitar la remontada navarra.

Sin embargo, esta parecía encaminarse. A falta de seis minutos, la diferencia era de cinco goles para los segovianos (22-27) y los jugadores de Anaitasuna echaron el alma y la vida para intentar darle la vuelta al marcador, ayudados por Bar en la portería. No obstante, no fue suficiente la reacción y a los de Quique Domínguez les faltó algún segundo más para terminar con mayor felicidad una temporada que, aun así, es de sobresaliente con unos meritorios 30 puntos.

Despedidas

Durante el partido se puso la cabeza. Después, el corazón. Porque la pista de Anaitasuna se vistió de una enorme emotividad con el adiós de varios de sus jugadores.

El que no estará al comienzo de la próxima temporada será Antonio Bazán, quien se marcha a Badalona para continuar con su formación como médico, si bien volverá. Ayer cedió el brazalete a Álvaro Gastón, que se retira del balonmano y fue de los más aclamados. Pero no el único.

El portero Iñaki Martínez, quien está “valorando” su futuro, se despidió entre lágrimas de la pista donde tantas veces ha jugado. Edu Fernández, que vestirá la camiseta del Ademar, se sintió “muy agradecido al club y a los compañeros, con los que he creado un vínculo difícil de olvidar”. El argentino Nico Bonanno pondrá rumbo al Nava y se quedó “con pena” pero feliz por “tres años muy bonitos en el equipo”. Su compatriota Juan Bar, que irá a Valladolid, valoró tres años “increíbles con muchas enseñanzas”. Ander Torriko, que jugará en el EÓN Alicante, se quedó “con las personas que he conocido” en Anaitasuna; y Niko Martinovic, que jugará en la Serie A italiana, se lleva de Pamplona “mucha felicidad y una familia”.

Helvetia 27

Nava 28

HELVETIA ANAITASUNA (11+16) Juan Bar (portero), Gastón (3), Bazán (2), Edu Fernández (3), Josu Arzoz, Bonanno y Pablo Itoiz –siete inicial–. También jugaron Iñaki Martínez (portero), Torriko (7, 3p), Aitor García (3), Martinovic, Kisselev (2), Redondo (1p), Elustondo, Albizu (4) y Ganuza (2).

VIVEROS HEROL NAVA (18+10) Luis de Vega (portero), Moyano (7), Méndez (1), Andrés Vila (1), Carró (1), Prokop (7) y Marugán –siete inicial–. También jugaron Patotski (portero), Gedeón Guardiola (1), Daniel Pérez (1), Roberto Pérez, Ahumada (3p), Nevado, Smetanka (4), Herranz (1) e Isaías Guardiola (1).

Marcador cada cinco minutos 1-4, 3-6, 3-10, 6-13, 9-17, 11-18 (descanso); 13-19, 16-20, 18-23, 20-25, 23-27 y 27-28 (final).

Árbitros Oriol Álvarez Boixaderas y Raúl Escoda Pérez (Catalunya). Excluyeron por los locales a Arzoz, Bonanno y Kisselev; y por los visitantes a Ahumada, Smetanka y Carró.s

Pabellón Anaitasuna. 950 espectadores.