No hay deportista que no se haya librado de las lesiones. En todas las disciplinas. Con mayor o menor gravedad. Más o menos veces. Pero todos, desgraciadamente, han vivido la cara más amarga del deporte. El calvario de sufrir un proceso de rehabilitación que no sólo atañe a la parte física, sino también a la mental. Esa que a veces se nos olvida. De lesiones, de recuperaciones, pero también de la alegría de sobreponerse y retomar lo que uno más quiere bien saben Ernesto Goñi, Marcos Cancio y Marco Moreno. Los tres, jugadores del Helvetia Anaitasuna, han vuelto a enfundarse la equipación y han regresado al trabajo con su equipo después de superar sus graves lesiones. Se han puesto de nuevo a jugar, que es lo que más desean. Cada uno ha vivido un proceso muy distinto, pero han compartido los “muchos nervios” de ver los partidos en la grada y es algo que quieren olvidar. Dejarlo atrás.

El portero Marcos Cancio es el que más tiempo ha permanecido alejado de las pistas. Hace algo más un año, durante un partido contra el Bidasoa Irun en el tradicional Torneo Egia, el meta asturiano de 24 años se rompía el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, con afectación del menisco. Poco después era operado y empezaba un tortuoso camino que no le permitió jugar durante todo el curso anterior.

“Tenía muchas ganas de empezar, de volver con el equipo”, constata el jugador, de 24 años. “Creo que he llevado una rehabilitación muy buena, aunque los primeros meses, a nivel físico, sí que se hizo duro. En el aspecto mental ha sido peor. El estar apartado todos los días del equipo, haciendo ejercicios por tu cuenta, sin viajar... Era complicado”.

Cancio se rompió al ir a interceptar un balón. Desde el principio, tuvo “muy claro” que era grave. De hecho, recuerda que tras ser valorado en un primer momento por los fisios “llamé a mi madre y le dije que me había roto la rodilla”. Tocaba concienciarse y pensar en la curación. El portero gijonés pasó por el quirófano y justo después de la operación “estuve en casa tres semanas con mis padres. Me ayudaban en todo y más, porque prácticamente no me levantaba de la cama. Necesitaba ayuda para cualquier cosa”. Y es que tener una red de apoyo es primordial para sobrellevar un proceso de recuperación. “Con Ander (Torriko) también hablé muchísimo. Me tranquilizaba la cabeza. La lesión me ayudó a comprender más por lo que estaba pasando, aunque lo suyo era de una magnitud mayor”, resalta.

“He estado todo el año parado. Ahora tengo ganas de volver y de coger galones”

MARCOS CANCIO - Portero del Helvetia Anaitasuna

Ahora vuelve a una portería en la compartirá responsabilidad con un portero nuevo, Dani Santamaría, a quien ya conocía de actividades formativas con la selección. “He estado todo el año parado, pero ya deseando hacer una buena temporada y coger galones en el equipo. Creo que va a ser una buena campaña”, confía.

El gran susto de Ernesto Goñi

En pleno parón de invierno, en enero, Ernesto Goñi sufría una trombosis en la vena subclavia izquierda. Algo que no sonaba nada bien. Un día después del amistoso en Zumaia contra el Bidasoa Irun, comenzó a sentir fuertes molestias en su brazo. “Tampoco se sabe si fue o no por el partido. Yo estaba en casa y se me empezó a hinchar muchísimo el brazo. Pensé que se me pasaría y estuve un rato tranquilo. Pero cada vez iba a más, se ponía más morado y se endurecía”, rememora.

Los tres jugadores, saliendo de una de las salas de fisioterapia del pabellón Anaitasuna. Iñaki Porto

El lateral pamplonés acabó por ir a las urgencias hospitalarias, previa consulta a Mikel Moreno y Montse de Prada, los médicos del equipo por entonces. “Estuve una semana ingresado hasta que me quitaron el trombo. Pero luego el camino ha sido muy largo. Hasta que he podido empezar, han transcurrido seis meses. Esperando a que me operasen, pasando por todos los procesos que debía tener de anticoagulación, hasta llegar ahora”, explica el navarro, de 22 años.

Su carácter positivo hizo que “lo llevara bien”, a pesar de oír una palabra como trombosis, y lo que más le “fastidiaba” era “parar de entrenar y de jugar”. Tras superar una lesión de menisco al inicio de la temporada pasada, Goñi estaba asentándose en el equipo, siendo un valor en la primera línea. “Tenía muchas ganas de hacerlo bien en la segunda vuelta, pero no pudo ser”, asegura el lateral, que llegó a perder 10 kg durante el primer mes de recuperación, “aunque no se sabe si de músculo o de grasa. No podía hacer nada”.

“He llevado bien el tema de la trombosis. Me fastidiaba sobre todo parar y dejar de jugar”

ERNESTO GOÑI - Lateral del Helvetia Anaitasuna

Ya recuperado, sin dolor y con perfecta movilidad tras la operación, está motivado para volver a la acción. Como también lo está Marco Moreno. De los tres, fue el último en caer. El central sufrió en febrero, en un acción ofensiva durante el partido en el Palau D’Esports ante el Granollers, una luxación en el hombro izquierdo. “Ya me había pasado dos o tres veces antes. En el momento en el sucede la acción sé qué ha pasado. El hombro no se metía como debía. Entre Eli (Arrechea, fisio), el doctor del Granollers y Antonio Bazán –también médico– me lo colocaron”, recuerda.

El jugador navarro, de 19 años, ya sabía a lo que se enfrentaba. “No había incertidumbre sobre el proceso. Ya había hablado con los doctores Alfaro y Cipriain. Si me volvía a pasar, habría que operar”, explica. Y así fue. Una intervención cuyo principal fin “es que no se me luxe más el hombro. Sí que me limita un poco la movilidad en el brazo izquierdo, pero no es mayor problema”, constata.

“Antes ya se me había luxado el hombro. Si me volvía a pasar, había que operar”

MARCO MORENO - Central del Helvetia Anaitasuna

Con una sonrisa, Marco Moreno asegura que llevó “bastante bien” la rehabilitación. Bien es cierto que no es de quedarse quieto, necesita moverse, y eso es lo más incomodó al joven canterano, quien resalta “la mucha ayuda” que recibió “de fisios, compañeros, amigos y familia”. 

Ahora está con muchas ganas de volver a la pista. Quiere seguir sorprendiendo, como lo hizo cuando al principio de la temporada pasada, inesperadamente, Quique Domínguez contó con él para el primer equipo y con un peso específico. Tanto él como Ernesto Goñi y Marcos Cancio están llamados a ser –con permiso de los cinco refuerzos– los mejores fichajes de Anaitasuna.