Sergey Hernández ha llegado a la cúspide del balonmano y no se quiere bajar de ella. El portero navarro, de 29 años, disputa esta tarde (19.00 hora peninsular) con el SC Magdeburgo la final del Mundial de Clubes –anterior Super Globe– frente al Telekom Veszprem húngaro, en el New Capital Sports Hall de El Cairo. El objetivo, revalidar un título que ya ganó la temporada pasada, en su estreno en la competición con el equipo alemán, que puede sumar su cuarto trofeo consecutivo.

El Magdeburgo, vigente campeón también de la Bundesliga, se deshizo en semifinales del anfitrión Al Ahly Sporting Club por 28-24, equipo que será el rival del Barça en la lucha por el tercer puesto justo antes de la final (16.00 h). Los azulgranas no pudieron con el Veszprem en su semifinal y claudicaron en la prórroga por 34-39. En este partido se quedó fuera de la convocatoria el navarro Antonio Bazán, quien no obstante ha participado en el torneo mundialista. En el primer choque de la fase de grupos ante el Sydney Uni, de hecho, el pivote navarro contribuyó con 8 goles a la victoria por 53-23.