Una parada en los últimos segundos de Charles Bolzinger a lanzamiento de Antonio Areia permitió a Francia colgarse la medalla de bronce en el Mundial de balonmano de Croacia, Dinamarca y Noruega, tras imponerse este domingo por 35-34 a Portugal en la final de consolación.
Resultado que dejó sin premio la sensacional actuación del conjunto portugués en un Mundial en el que los de Paulo Pereira rompieron el techo de cristal y se instalaron definitivamente ente la elite mundial.
De hecho, la selección portuguesa, en la que volvieron a jugar un papel fundamental los hermanos Costa, que firmaron13 de los tantos del conjunto luso, pareció en disposición de colgarse el bronce al entrar en los últimos 14 minutos de juego con una renta de dos tantos (24-26).
Pero Francia no estaba dispuesta a marcharse de vacío del Mundial y de la mano de un gran Aymeric Minne, autor de diez dianas, dio la vuelta al tanteador (30-28) con un parcial de 6-2 en los siguientes siete minutos.
Diferencia que los de Guillaume Gille no pudieron conservar ante el empuje de un equipo portugués, que logró entrar con el marcador igualado (34-34) en el último minuto de juego.
Un tiempo en el que Francia tiró de experiencia y volvió a ponerse por delante gracias a un gol de siete metros Melvyn Richardson (35-34) a falta de tan sólo 19 segundos para la conclusión.
Margen suficiente para que Portugal hubiera podido forzar la prórroga, pero el lanzamiento final de Antonio Areia se estrelló en el portero Charles Bolzinger, que con su parada otorgó el bronce al conjunto francés.